El día que nació un escritor

Mis comienzos fueron humildes, difíciles, y empecé con escaso presupuesto. En 1985 mi madre me compro una vieja maquina de escribir (Olivetti Lettera 22 de 1960) por 100 Pesetas a un Trapero que vivía frente a mi casa (Enric Roman) y me dijo que aporreara la maquina hasta que escribiera algo. Yo le pregunte: ¿Y que escribo? Y ella me contesto; tu escribe, que ya se te ocurrirá algo, además agrego...

"Si quieres que alguien te tome en serio en el mundo de los escritores, tienes que saber escribir de todo; desde un manual para lavadoras, un cuento, una novela, un relato, escribir como un periodista,  o saber redactar un prospecto para unas instrucciones. Un buen escritor es polifacético, jamas se encajona en un tema, y escribe de todo"

También me dio el mejor consejo de mi vida. Me dijo que si quería tener una buena cultura, mejor de la que aprendí en el colegio, debía estudiar por mi propia cuenta en la Biblioteca de mi ciudad. Y así lo hice. Pase 5 años asistiendo dos horas cada día a una biblioteca publica con el propósito de acceder a la Universidad para mayores de 25 años. Desde 1985 hasta 1989 vinieron largos años de educación informal autodidacta leyendo sobre bastantes cosas: física, química, matemáticas, astronomía, cosmología, literatura, periodismo, psicología, biología, historia de algunas civilizaciones, marketing, publicidad, idiomas, ciencias paranormales, informática. Lamentablemente por falta de dinero nunca llegue a pisar la Universidad, pero tampoco no me he perdido nada y no me arrepiento. Yo he sido mi propio Maestro y alumno a la vez. No tiene ningún merito que ten enseñen a ser, lo que realmente tiene  merito es hacerse a si mismo.

Los verdaderos escritores nunca se forjaron en las facultades de Periodismo o de letras, de allí solo salen con la base, con el sistema y las reglas aprendidas, pero el talento para escribir es ya otra historia. El talento no te lo enseñan en ninguna parte, no se compra ni se vende, es algo que nace contigo, se desarrolla contigo, y muere de forma única contigo. Han transcurrido bastantes años desde que comencé a escribir, y no tengo ningún problema en reconocer que aun no he publicado nada en papel. No tengo ninguna prisa por llegar a ninguna parte, porque ya estoy en ninguna parte.

Hice bastantes intentos de publicar alguna cosa, pero todos los editores a quienes envié un manuscrito me lo rechazaron. Ellos se lo pierden.  Contrariamente a los que algunos piensan por internet, a día de hoy sigo siendo pobre, y no he logrado hacer ninguna fortuna.

Para mi escribir, es como para ti jugar a fútbol, practicar montañismo, ciclismo, o conducir tu deportivo. Si tu sientes pasión por lo que haces, yo también por escribir un buen libro. Sin embargo esta comparación se queda corta en lo que se refiere al merito, y te diré por qué. Todo el mundo puede practicar alguno de esos deportes sin demasiada dificultad, pero no todo el mundo puede escribir un libro con esa misma facilidad.

Por eso hay mas deportistas que escritores. Los escritores son los deportistas del intelecto, porque trabajan con la mente y no con el cuerpo físico. Y pensar consume mas energía que la que gasta el cuerpo, porque el cerebro consume la mayor parte de la energía  en el proceso y el trabajo de escribir, haciendo una comparación aproximada e irreal del esfuerzo, seria como hacer decenas de kilómetros de bicicleta cuesta arriba. Por eso escribir un libro, es un proceso mentalmente agotador, y lo que se cansa es la mente, mientras que el cuerpo sigue fresco.