lunes, 25 de junio de 2012

El Codigo Jamonesky 4

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A 2 horas 31 minutos de allí, es decir a 216,4 kilómetros por la A-92, El Tocinero se bajo de un taxi y cruzó el portico del lujoso cortijo, conocido como la finca de las urdes,  situada en algun lugar a las afueras de Malaga. El navajazo que levaba en la barrija, atado bajo la faja se le hundía en la carne, pero por dentro ardia de deseo de agarrar una buena bota de vino malaguello y regar su seca garganta, mientras pensaba en el trabajo que estaba haciendo al servicio de quien le pagaba.
«El dinero es lo mejor de mi trabajo.»
Al entrar en el hermoso patio del cortijo, una pared blanca llena de macetos con geranios, le hizo sentirse de nuevo como en casa. El fresco de los patios andaluces son inigualables. Entro dentro de la casa y escrutó el vestíbulo en busca del alguien, pero alli no habia nadie. De fondo sonoba una musica de Juanito Valderama, cuyo tema era muy conocido: "Soy Minero". Siguio mirando pero no encontro a nadie, asi que se acerco hasta donde estaba la radio con la musica, y la apago. Luego se sento en un comodo butacon de orejas y marco un numero en su movil.
—¿Sí? —respondió la voz de un hombre.
—¿John Mallory?
—Cómo esta nuestro asunto —dijo en tono seco su interlocutor.
—Los cuatro fabricantes de jamones han sido eliminados. Un trabajo rapido, limpio, sin ruido; profesional, bien hecho.
Mallory guardo un breve silencio como si comiera una ambuerguesa.
—Excelente, ¿Tienes la informacion que te encargue?
—La tengo.
—¿Que te dijeron antes de morir esos cuatro desgraciados?
—Los cuatro me cantaron la misma cancion.
—¿Y es fiable esa cancion?
—No creo que existan dudas.
Mallory, tomo un trago de gaseosa, y luego solto un suspiro de alivio.
—Bendito sea Dios. Por fin podremos poner en marcha nuestro plan.
—Cuando alguien esta a punto de morir, siempre te dice toda la verdad.
—Bien, magnifico, dime cual es el secreto.
El Tocinero sabia que la informacion que habia obtenido era muy valiosa.
—¿Que hay de mi dinero?
—Tenemos un acuerdo. Se te adelantaron medio millon de euros antes del trabajo, los restantes quinientos mil, te seran ingresados en una cuenta Offshore numerada en Givaltar, tal como se hablo.
—Creo que mi trabajo vale mas...
—¿Cuanto más?
—Otro millon de euros mas.
Se produjo un silencio que duro unos instantes, tal vez Mallory estaria tomandose una generosa cucharada de helado de postre, quiza uno de turron con pasas.
—De acuerdo... otro millon mas —dijo con la boca algo llena—, pero ni uno mas. Y ahora dime lo que quiero saber.
—Bien, los cuatro fabricantes de jamones coincidieron en hablar de la "Sal de la vida, o la sal Bendita que importaban del mar muerto".
El Tocinero oyó como Mallory atragantaba al otro lado de la línea.
—La clave, tal como sospechábamos, esta en crianza del cerdo, en concreto en lo amargo de la bellota extremeña, luego en el corte de la pierna, y seguidamente en la Sal, que junto con el aceite puro de oliva y el aire seco de la sierra hacen todo el trabajo. Pero falta el ultimo ingrediente. La clave que lo hace funcionar todo. Siete paginas de un libro.
Según la tradición, la hermandad del cortijo había ideado un metodo unico de fabricar jamones —un Grimorio del jamon o clave jamonera—, un manual en el que estaba escrito el mayor secreto del jamon... una información tan trascendental que, solo ellos eran capaces de producir un pata negra autentico. Era el equivalente a la receta de los violines stradivarius, habian muchos jamones, pero como los de la hermandad del cortijo del jamon, pocos o ninguno. Por tanto la custodia del secreto de la pata negra justificaba por sí misma la existencia de aquella organización secreta volcada a la cultura del jamon.
—Cuando nos pongamos a fabricar los jamones a saco con esas paginas del libro... —dijo Mallory—, ya sólo estaremos a un paso de ser los dueños del mercado. Ni los chinos no podran detener. Lo malo es que no sabemos donde estan esas malditas paginas...
—Estamos de suerte. Yo se el lugar donde han sido guardadas. Estan más cerca de lo que pensabamos. Estan ocultas en detras de alguna piedra de la torre, escrito en clave, está aquí, en la Giralda de Sevilla.
—¿En Sevilla? ¡No puede Ser!. Parece casi un trampa.
Entonces el Tocinero le conto a Mallory todo lo que le habian confesado sus cuatro víctimas mientras intentaban salvar sus vidas. Los cuatro le habían contado que habian conseguido la receta de un libro que estaba en la Biblioteca de Salamanca, al que le habian arrancado siete paginas con la formula. Luego, la hermandad del jamon, oculto las siete paginas detras de una piedra que estaba ingeniosamente oculta en un lugar concreto de la torre de la giralda de sevilla.
—¡El secreto del jamon, en la Giralda de sevilla! —exclamó Mallory—. ¡Dios mio. Que manera mas ingeniosa de ocultar algo a la vista de todos!
—No es la primera vez que lo hacen, recuerde que los de la hermandad, son de Triana —replico el Tocinero.
Mallory guardo silencio, intentando asimilar la importancia de aquel avance.
—Has hecho un buen trabajo Tocinero, se te pagara bien. Pero ahora necesito que me traigas las siete paginas de ese libro. Es preciso que lo consigas. Estoy seguro de que entiendes lo valioso que es eso para mi.
El Tocinero sabia que eso podia suponer mas dinero, y lo que le pedía Mallory era casi imposible, pero el dinero lo justifica todo.
—La giralda de Sevilla esta muy bien vigilada de noche. Con muchas medidas de seguridad, entre ellas camaras de video, alarmas, guardia jurados armados con porras, es como una pequeña fortaleza ya que es uno de  los grandes tesoros de los Sevillanos, alli no puede entrar nadie y hacer algo sospechoso, ni tirar fotos, ni correr, ni tocar nada. Y más de dia, con tanto turista y tanta gente. ¿Cómo voy a entrar en ese sitio si esta todo tan vigilado?
Mallory era un magnate multimillonario americano con mucho dinero y recursos ilimitados. Tenia influencias en todas partes del mundo, incluso en un rincon del mundo tan precioso como Sevilla, asi que le explicó su plan para hacerlo.
Despues de que Mallory le informara de los detalles del plan, el Tocinero colgó el telefono, y salio a toda prisa del cortijo, tomo un viejo  mercedes que estaba aparcado en la entrada de la casa, y se dirigio directamente para Sevilla. En su cabeza solo habia una cosa, otro millon de euros por hacer ese trabajo. Así que estaba impaciente por terminar.
«Dos horas de viaje hasta Malaga», se dijo a sí mismo. Tendre que pisarle a este trasto a fondo si quiero llegar antes de que oscurezca. «Debo pisarle a fondo y llegar alli cagando leches.» Los trabajos como este hay que hacerlos rapido y cobrarlos rapido, sino las cosas se enfrian y luego hay problema para cerrar la operacion.
Pero el Tocinero sabía que la cosa no seria facil, exigía hacer un considerable sacrificio, nada menos que en la catedral de sevilla.
Miro el cuenta kilometros del mercedes, y solo iba a ochenta kilometros, asi que empezo a pisar el acelerador. «El dinero es lo unico que me importa», penso el Tocinero, calculando que con este trabajo llegaria a los tres millones o quiza mas.
Ahora el Tocinero centró su atención en la carretera, y en llegar cuanto antes a sevilla. «La carretera es larga, pero el dinero vale la pena.» Los paisajes se ivan alternando mientras el encendio la radio y escuchaba rumba y musica de diversas emisoras.

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