jueves, 28 de junio de 2012

El Codigo Jamonesky 5

3


El aire torrido de junio a cuarenta  grados de temperatura entraba a chorro por la ventanilla abierta del viejo Land Rover de la Guardia Civil, que no tenia aire acondicionado, mientras avanzaba a toda velocidad en dirección al cuartel de la Guardia Civil de San Lucar la Mayor. Dentro, en la parte de atras, en lo que se llama la perrera del Land Rover por estar llena de rejas, era como una sauna a cincuenta grados, y Roberts Goats se cagaba en dios porque estaba sudando como un jodido cochino; el sudor le caia a chorros antes sus ojos y le escocia mientras él intentaba aclararse las ideas. Una cosa le atormentaba encerrado en ese Jeep de la Guardia Civil, un ducha rápida y fresquita, y un afeitado le habrían dejado más o menos como nuevo, pero la pareja de la Guardia Civil no le dio tiempo para nada en el hotel y ahora, metido en esa jaula, estaba angustiado. La terrorífica idea de que el tenia una reunion con Javier Zurrado, le hacia sospechoso del crimen y no paraba de atormentarle la vision del jamon mal cortado.
«El catador de Jamones, muerto. ¿Cómo es posible?»
Goats no pudo evitar recordar aquellos dias en que Zurrado, fue su maestro, y le enseño a cortar el jamon en virutas. La profunda sensación de pérdida que le producía aquella muerte, no tenia palabras. A pesar de que Goats tenia fama de ser un cocinero con muy mala leche, era casi inevitable que no sintiera la perdida de uno de los grandes maestros del corte del jamon. Gracias a Zurrado, Goats habia esctrito algunos de sus mejores libros sobre las claves secretas del corte del jamon, y como preparar sabrosos platos de pata negra en forma de viruta. El encuentro que habían acordado para aquella noche, estaba previsto celebrarse en un lugar muy tranquilo, lejos de las miradas indiscretas; en el cementerio de San Fernando de Sevilla, y cuando despues de esperar un par de horas el catador de jamones no se presento a la reunion se sintio decepcionado.
De nuevo, la imagen del jamon mal cortado se cruzó en su  mente como si fuera el disparo de un flash de una camara de fotos. «¿Aquel estropicio con un jamon de mil quinientos euros lo había hecho él mismo? No se lo podia creer. Era algo impensable» Goats miró por las rejas de la perrera, y vio las calles abarrotadas de gente.
La ciudad ciudad de sevilla esta invadida por montones de turistas Americanos, y pronto recordo algo que habia leido en una novela, en la fortaleza digital —el Gilipoyas de Brown habia mentido a millones de personas diciendo pestes de Sevilla. Pero la realidad era que los Americanos invaden Sevilla, los hospitales son de lo mejor del mundo y no huelen meados (Eso quiza sera en los Estados Unidos, pero no en España), la seguridad social te atienden sin dinero, seas español o extrangero, los medicos sevillanos son de lo mejor del mundo, la giralda tiene carteles de advertencia y vigilancia de seguridad por todas partes, no comprendo como pudo decir tantas estupideces juntas—. El Land Rover circulaba tranquilo y sin necesidad de usar las luces detellantes, y nadie se fijaba en un coche patrulla de la Guardia Civil.
Goats se sentía precisamente como un perro en una jaula, y el calor  no era algo que le tranquilizara demasiado. Siendo como era alguien que se enfadaba muchisimo por un estornudo sobre un plato de jamon recien cortado, o por tocar (Manosear) la comida sin guantes, habíendo dedicado una parte de su vida al estudio de la higiene en cocina, Goats odiaba sudar como un cerdo y especialmente los manchurrones sobaqueros, que le hacian parecer un imigante saltando la valla de melilla.

«Es posible que un plato de boquerones, o un espeto de sardinas malagueñas sean invisibles para la mayoria de los de los americanos, especialmente para los que escriben mierda de Bestsellers —decía a menudo en sus clases de cocina—, pero siempre están ahí, en los chiringuitos de malaga, en San Lucar de Barrameda, incluso mas lejos; en cadiz,  justo para quitar el hambre a quien lo necesite por unos pocos euros.» En estados unidos una mierda de hamburguesa cuesta mas de diez euros, y una cerveza otros diez euros o mas; total, veinticinco euros ¡Que martillazo en los dedos! por una comida basura. Y aqui por la mitad, te comes una docena de sardinas y te bebes dos medianas San Miguel...¡Que diferencia!
—Supongo —pregunto—, que en los de Universidad de Sevilla les han dicho dónde encontrarme.
El Guardia civil que conducia negó con la cabeza.
—Han sido los del FBI.
—¿El FBI? —Goats se quedo pillado.
—¿Como demonios ha sabido el FBI que yo estaba aqui, en España?
—Pues vera, encontramos su nombre en la cartera de Zurrado, y vimos que era Norteamericano. LLamamos a la embajada de los Estados Unidos en Madrid, ellos llamaron al FBI de Estados Unidos, quien ha su vez se puso en contacto con la Policia de California, que les dijo que usted estaba de viaje en España, aquí, en Sevilla. Como la Guardia Civil tiene muchos amigos en todas partes del mundo, sus colegas del FBI nos llamaron desde Washington y nos dijeron donde esta usted dando las conferencias. Y asi es como lo encontramos, ¿A que ahora ya no piensa lo mismo de la Guardia Civil, eh?.
—Desde luego qué no, ¿No se fijaron que en la parte de atras de la tarjeta habia mi numero de movil?
Los dos Guardia Civiles se miraron con una cara de mala hostia, que Goats supo interpretar muy bien. Menudo rodeo. Les hubiera bastado marcar ese numero y asunto resuelto. Localizar a Goats en el Hotel ZENIT de Sevilla no les habría llevado, probablemente, más de cinco segundos.
Mientras el Land Rover seguía avanzando en dirección sur, apareció a mano derecha el perfil iluminado de la Giralda de Sevilla, apuntando hacia el cielo. Al verla pensó en lo hermosa que era, y en la gran historia que encierra, ademas de ser el lugar mas romántico del planeta. Si una turista Americana quisiera encontrar el amor de su vida, debe hacerlo en Sevilla, y no en el Central Park de Nueva York.
—¿Sabe cuantas veces la han vendido? —dijo Goats a uno de los guardia Civiles, apuntando con su dedo hacia la giralda de sevilla.
El guardia civil se quito las gafas de sol oscuras y le miro con cara extrañado, seguro de no haberle entendido.
—¿Que tonterias dice?
—Quiero decir, que la Giralda se la han vendido muchas veces a los turistas, ¿verdad? —insistió Goats señalando la Torre—. ¿Sabe lo que es un timo verdad?
El guardia Civil sonrio, comprendiendo la idea.
—Todavia no ha habido quien nos la venda a nosotros —se jacto el Guardia Civil.
—Eso es porque ustedes son la policia, pero leei que a un turista japones se la habian vendido, y vino a recogerla con una flota de camiones.
El Guardia civil Solto una tremenda carcajada.
—Si nosotros atrapamos a un tipo llevandose una sola piedra de la Giralda de sevilla, se pasa por lo menos cinco años en la carcel. A un sevillano le puede decir de todo, pero no te atrevas a tocarle la semana santa, el jamon pata negra, y la giralda de sevilla.


Goats asintio con la cabeza. Esta sofocado, medio descamisado, dentro de la perrera era como un horno, y se estaba casi desidratando. Cuando salieron de Sevilla, tomaron direccion a San Lucar la Mayor,  el guardia civil siguio por la Cerretera  A8076 hasta llegar el Cuartel de San Lucar la Mayor, que servía como puesto de mando operativo para el Capitan Zarzales. El Cuartel de la Guardia Civil de San Lucar es un bello edificio, en cuyo flancos hay dos frondosos naranjos haciendo guardia permamente. Era un cuartel clasico, con las paredes blancas, y un hermoso portico sobre el cual habian dos faroles, en medio del cual la placa donde se leeia —Casa Cuartel de la Guardia Civil—, y justo debajo "todo por la partia". El land rover aparco en la entrada, y los dos guardia civiles se bajaron. Le abrieron la puerta a Goats, que al salir de aquel infierno, sintio una enorme oleada de aire fresco y un profundo alivio. Los dos guardia civiles lo acompañaron hasta un pequeño despaño, donde le estaba esperando el Capitan Zarzales. 
Al llegar, Zarzales le tendio la mano, y le invito a sentarse. Le ofrecio una botella de agua mineral bien fria, que Goats se bebio ansiosamente ante la sorprendida mirada del Capìtan.
—¿Ha disfrutado del viaje? —pregunto el capitan Zarzales.
Goats le miro con cara de deprimido sin dejar de beber agua como si fuera un extraviado en un desierto.
—Un poco mas —sijo con voz ahogada—, y en vez de un hombre encuentran un charco en esa perrera —respondio Goats bebiendose a morro la botella de litro.
El Capitan miro para los dos guardia civiles que lo habian traido con cara de contrariado. En vez de usar el coche con aire acondicionado, habian cogido el Land Rover de patrulla para el campo, que era una unidad, a la que en el cuartel la llamaban "el asadero de pollos". En otros tiempos, habia sido el unico vehiculo que se usaba para los delincuentes. Despues de unos minutos, cuando Goats parecio ya algo recuperado de su deshidratacion, el Capitan Zarzales comenzo a interrogarlo. Zarzalaes era un capitan con una amplia experiencia, y tambien un mando sobrecargado de trabajo, era un tipo muy normal, de aspecto corriente, que no daba la apariencia de capitan. Era simpatico, trataba bien a la gente, usaba gafas, y le gustaba su trabajo. Tenia bajo su mando, nada menos que mas de diez cuarteles de la guardia civil, lo cual era una alta responsabilidad. Precisamente, el crimen del catador de jamones se habia producido en su demarcacion, en una finca llamada los olivares, una bodega con almacenes corrales con cerdos donde se fabricaban los jamones Macario.
—¿Sabe por qué esta usted aqui? —pregunto muy tranquilo el capitan.
—Esperaba que alguien me lo dijera. Han llegado dos de sus hombres, han derribado la puerta, me han metido en ese trasto a cincuenta grados de temperatura, un poco mas y acabo como un cochinillo al horno; y me han traido hasta aqui. Y no se mucho mas.
—Si alguno de mis hombres le ha tratado mal, digamelo que...
—Oh, no, no, —interrumpio Goats haciendo un gesto con la mano— han sido bastante amables; solo que yo no se que esta pasando aqui.
—¿Usted no sabe nada del crimen?
—No, ¿Por qué?
—¿Sabe que Zurrado tenia una de sus tarjetas en la cartera?
—Es posible.
—¿Desde cuando conoce a Zurrado?
—Desde hace años. Su padre y el mio eran amigos.
—Para ser Americano, es una persona que habla demasiado bien el Español.
—Eso tiene una sencilla explicacion. Mi padre es Sevillano, y mi madre es americana de Hill Valley, california.
—Asi que usted es medio sevillano entonces.
—Si señor, mas Sevillano que Americano.
El capitann Zarzales sonrio unos instantes.
—¿Que puede decirme de Zurrado?
—¿A qué se refiere?
—Me refiero a si tenia asuntos sucios, si estaba metido en cosas guarras, tal vez bastante cochinas, ya sabe, cosas ilegales.
—Hombre, él trabajaba en una factoria de jamones, asi que trataba con cochinos y cosas bastante guarras.
El capitan Zarzales sonrio nuevamente.
—¿Usted conocia bien a Zurrado?
—Bueno yo fui su alumno, pero yo utimanente solo mantenia amistad con el desde los estados unidos, me suministraba material.
El capitan Zarzales puso una cara extraña.
—¿Material? Qué quiere decir... ¿Mariguana, chocolate, extasis, acido, caballo, tripis, rulas, cocaina, chicha, Yaguasca, pellote, mezcalina, azucar glas, merengue? —pregunto suspicazmente.
Goats solto una carcajada por la exagerada presuncion que habia formulado el capitan Zarzales. Sin duda habia visto muchos capitulos de Mallami Vice.
—No, nada de eso. El me suministraba fotos de cortes de cajon, fotos de jamones, y datos sobre la curacion del jamon. Todo su material era sobre alimentacion. La unica droga eran las virutas de jamon pata negra, que son muy adictivas.
—Entiendo. ¿Sabe quien pudo matarle?
—No señor. No se me ocurre nadie.
—¿Que clase de persona era Zurrado?
—Pues... un buen amigo, buen cortador de jamones. Alguien muy tranquilo, que no fumaba, que amaba profundamente el jamon pata negra, y que le gustaba la crianza del cochino.
—¿Y sabe si tenia enemigos?
—¿Enemigos, Zurrado? Pero si era una persona que se tomaba sus copas de fino malagueño, tio pepe, y toda sus actividades sociales estaban centradas en las bodegas del jamon.
—Ya, pero aun asi, ¿Cree que alguien podria tener motivos para matarle?
—No lo se, ¿Tal vez un cliente descontento? ¿Un inspector de hacienda rabioso por el IVA?
En capitan zarzales sonrio y movio la cabeza asintido con la idea, pero aun asi no tenia muy claro el movil del crimen.
—Tengo entendido que usted es un tio muy famoso en el mundo de la cocina y que se le conoce mas que a Carlos Arguiñano.
—Hombre, pues no se que decirle Capitan; he cocinado algunos huevos fritos con chorizo, me he cagado en dios varias veces porque se me han quemado las lentejas y poco mas, pero el resto es la prensa quien lo mueve todo.
—No se haga el modesto conmigo, soy Guardia Civil, ¿Comprende?. Me
 informado muy bien acerca de usted. Es usted todo un maestro en el arte del jamon pata negra ¿Es cierto eso?
—Hice un master en tocineria, y otro especializado en Pata negra, ademas soy diplomado por la universidad de Granada en el cortado de virutas de jamon. Asi que... no le han engañado,  entiendo lo suficiente de jamones como para saber cuando se trata de una falsificacion made in china.
—Entonces creo que usted es la persona mas indicada —dijo el capitan Zarzales.
—¿Yooo? ¿Indicado? —exclamo sorprendido Goats— ¿Para qué, si puedo saberlo?
—Para que nos ayude a resolver este enigma.
Goats puso cara como deberia haberse tragado la lengua. El mismo se  habia enfollonado aun mas en el asunto de Zurrado por tener una boca tan grande.
—¿Yo soy un cocinero de diseño del embutido; que pretende que haga yo metiendo las narices en un crimen, si puedo saberlo?
—Usted, junto con el agente morcillo, y el Agente Parra, se van ahora mismo para la finca de los Olivares. Alli esta el cadaver de Zurrado —el Capitan Zarzales consulto el relog— y si no me equivoco, hay que darse prisa porque la Jueza, Maria Consuelo Estrellado, ha de llegar junto con la medico forense, Lucia del Valle.
—¿Y que coño pinto yo en medio de un crimen, es que no se como entenderlo?
—Sin duda mucho. Ya lo vera. Usted era amigo de Zurrado, le conocia bien, y ademas sabe de jamones mas que de Futbol. Asi que usted y mis dos hombres se van ahora mismo para los olivares, a dar un vistazo a la escena del crimen, y quiero que les de toda su cooperacion en todo lo que le pregunten.
Ante una peticion tan directa, Goats no puedo escaquearse, asi que no tuvo mas remedio que aceptar.
El teniente Zarzales llamo al Agente Morcillo.
—Señor, si señor —dijo Morcillo saludando al Capitan al entrar por la puerta.
—Usted y su compañero Parra se llevan al Señor Goats ha la finca de los Olivares inmediatamente —ordeno.
—¿A la finca de los Olivares?
—Sí, qué ocurre; ¿Alguna objecion a mi orden Agente Morcillo?
—Pero señor...
El Capitan Zarzales miro con cara de enfado a Morcillo.
—¿Síii?
—Eso esta a cincuenta kilometros de aqui, casi en el desierto...
—¿Y qué si esta a cincuenta kilometros y en una zona desierta, como si esta a sesenta y en la Lonja del pecado de Pontevedra; en la Guardia Civil Vamos donde haga falta, incluso si no llaman desde el Tibet, tambien vamos...
—Pero señor... eso esta donde cristo perdio su zapatilla...
—¿Es que usted no sabe usted ir hasta el lugar del crimen?
—Si señor, hay que tomar el camino de las cabras, y luego pasar por mata las burras. Una vez alli, esta el complejo de la Jamoneria de Macario...
—¿Entonces donde esta el problema? —pregunto Zarzales
—Pues que esta muy lejos, señor.
—Morcillo, usted sin duda es buen guardia civil, pero tiene un problema de oreja. Escucheme atentamente. Hay dos cosas que debe saber sobre mi.
—¿Cuales señor?
—No tolero la insubordinacion y que mi gente fume puros farias.
—¿Y la segunda, señor?
—No soporto ver a un caballo tristre sin un morral lleno de algarrobas. Asi que hagame un favor, no me obligue a que le meta un expediente, porque si lo hago, lo voy a mandar a Ceuta; donde lo mas divertido que vera usted en todo el dia, seran moros nadando con neveras por la frontera, y Fatimas cargadas con fardos de cuatrocientos kilos de hachis, ¿Me explicado claramente?
El agente Morcillo se puso firmes, y saludo inmediatamente.
—¡Señor, sí señor! Perfectamente señor. Vamos a donde haga falta señor, nos vamos para los Olivares, señor.
—Bien, ahora que ya tenemos claro, que el deber es el deber, usted, el Agente Parrado, y el Señor Goats, tomaran el Auto de servicio —con aire acondicionado, no quiero que el Señor Goats sufra otro golpe de calor— y se van ahora mismo para Mata las burras. El Señor Goats es experto en jamones, y ha tenido la amable gentileza de colaborar con la guardia civil en esta complicada investigacion; se ira con ustedes para examinar la escena del crimen, tiene carta blanca para todo, deben tratarlo con amabilidad y ayudarle en todo lo que les pida. ¿Me ha comprendido Agente Morcillo, o necesita que le haga un Facesbook para que lo lea?
—Lo he comprendido señor, a la primera, señor.
—Nada mas, puede retirarse.
Morcillo saludo al capitan, que le devolvio el saludo sentado y relajado; segundos depues, se puso de pie al mismo tiempo que se levantaba goats de la silla, le tendio la mano mientras se despedia de él. Goats y Morcillo salieron hacia el coche de la guardia civil. Luego tomaron direccion a los olivares, por la carretera A-472 hacia las instalaciones de la Jamoneria de macario. Cruzaron el  rio Guadiamar, y continuaron hacia delante, cruzando otro rio, el Arroyo de Aranchon, tras el cual; como a unos siete kilometros, se desviaron a la derecha por una pista forestal, que se perdia en unos parajes de secano.  Al internarse en esa zona desiertica, el agente Morcillo miro el GPS del salpicadero y se dio cuenta que estaban entrado en el camino las cabras.
Fuera, el calor era sofocante. Se podia freir un huevo frito sobre el capo del coche de la guardia civil. Cinco kilometros mas tarde, habia un camino de gravilla y el arrastrado de las ruedas por la tierra entonaba un ruido cansino, era la pendientre de Mata las Burras, con 45 grados de inclinacion. Cincuenta metros mas tarde, en medio de la nada, de repente; Goats vio un cartel en el que se leia: ZONA RESTRINGIDA. NO PASAR SIN AUTORIZACION.
El Guardia civil no le hizo ni puto caso, y continuo hacia delante como si nada. Venticinco metros mas abajo, Goats vio otro cartel, con una advertencia bastante pesimista: CUIDADO, ESTA USTED EN UNAS INSTALACIONES DE SEGURIDAD. Goats se quedo desconcertado. Pero su asombro fue mayor cuando vio otro cartel que decia: NO TRASPASE DESDE ESTE PUNTO. PRIMERO DISPARAMOS Y LUEGO PREGUNTAMOS. Goats comenzo a ponerse nervioso.
—¿Ha visto eso? —pregunto un poco inquieto.
—¿Esos carteles? Son para los turistas —respondio el Agente Parra con indiferencia.
—¿Este sitio es seguro?
El Guardia civil le miro con cara de "Chico, estas en Sevilla, tú donde te crees que estas, en el Bronx", y luego lo tranquilozo.
—Con nosotros no tiene nada que temer.
Robert Goats había pensado que esos carteles eran advertencias serias, casi como entrar en un vestuario de mujeres. Era la finca de los Olivares, una basta y extensa zona, situada casi en medio de ninguna parte, dedicada a la crizanza del cerdo y a la produccion de jamones de alta calidad. Sin embargo, aquellos carteles del lugar parecían extrañamente cargado de malos presagios.
Ahora el coche de la Guardia Civil entro en una curva, al final de la cual se tropezaron con un check point. Una Garita con dos Vigilantes de Seguridad mostachudos, con escopetas de corredera del 12 haciendo guardia. Habia una barrera, y una serie de carteles bastante intimidatorios: PELIGRO DE MUERTE, VALLA CON ALTO VOLTAJE, NO SE PERMITEN PERIODISTAS NI CAMARAS DE FOTOS, AL ENTRAR QUITESE LOS ZAPATOS, DEJE SUS LLAVES EN LA CAJA, ZONA DE DESCONTAMINACION PORCINA, DE NIVEL 5. El Coche de la guardia civil se detuvo en el check point, saludo a los vigilantes y anuncio su visita.
—Agente Morcillo, Agente Parra, y acompañante —dijo en tono monotono y despenado.
Uno de los Vigilantes de seguridad miro por la ventanilla a los guardia civiles, que le sonrieron, y luego miro de mala hostia al acompañante. Hubo un cruce de miradas entre Goats y el Vigilante, como si se estubieran enfrentando dos perros de pelea. Luego se retiro, tomo el telefono y hablo con alguien al otro lado durante unos minutos. Goats estaba asombrado.
—¿Puedo hacerle una pregunta Agente Parra? —dijo Goats.
—Pregunte lo que quiera, el capitan nos dijo que tiene usted carta blanca.
—¿Aqui que fabrican jamones, o misiles?
Los dos Guardia Civiles soltaron una carcajada tremenda, que molesto a los Vigilantes de seguridad, que no vieron con buenos ojos las risas de los dos agentes. Creyeron que se estaban mofando de ellos. Uno de los Vigilantes de seguridad salio y les dijo que podian entrar. Su compañero levanto la barrera. Los dos guardia civiles saludaron a los vigilantes y entraron con el coche por una larga carretera asfaltada. Pronto vieron mas señales de advertencia, de velocidad, de estacionamiento, de seguir la linea roja, azul, o amarilla, el guardia civil tomó una carretera desolada y fue a dar a un enorme parquing que había más allá.
El coche de la guardia civil paso por debajo de un enorme arco en el que habia la bandera de España y una leyenda escrita: "Nuestro jamon es el limite" Goats se quedo pasmado al ver que era un enorme complejo rodeado de doble valla con alambres de espinos, con camaras de video vigilancia, guardias de seguridad armados y conduciendo perros, habian unas torretas de vigilancia con focos, y la impresion que daba el lugar era el de una prision o un cuartel militar.
Goats tuvo la sensacion que en vez de etrar en una fabrica de jamones, estaba entrando en el campamento de los Boinas Verdes. La seguridad era extrema, tan extrema que no pudo contenerse y preguntar a los guardia civiles por esas medidas.
—Cómo es que hay tanta vigilancia aqui?
—¿No lo sabe?
El Guardia Civil miro a su compañero sonriendo y dando a entender que Goats no se enteraba de nada.
—¿Que es lo que deberia de saber? —pregunto Goats extrañado.
—Es por asunto de seguridad nacional —respondio tan tranquilo Morcillo.
—¿Los jamones Españoles son seguridad nacional?
Goats no salia de su asombro.
—No deberiamos de hablar de esto —dijo Parra—, pero es un asunto de Terrorismo.
Goats estaba todavia mas desconcertado, no entendia nada.
—¿Y que tiene que ver el Terrorismo con el jamon pata negra?
—Es por los talibanes —dijo Morcillo sin darle importancia.
—No entiendo que tienen que ver los talibanes con el jamon.
—Es muy facil, los talibanes odian el jamon Serrano; no pueden ni olerlo, para ellos es un material muy ofensivo y peligroso. Y como usted comprendera aqui se fabrican jamones en serie.
A Goats no le parecio oportuno preguntar nada mas. En el parking habia bastante movimiento de personal, todos con monos blancos, o batas blancas, tambien transito de vehiculos de carga y descarga; portando palets de material hacia camiones estacionados en espera de cargar. El coche de la guardia civil aparco en una zona destinada al personal de oficinas. Cuando se bajaron del coche, Goats pudo ver la enorme explanada del parquing, y doce enormes naves, con calles asfaltadas, y fuera de todas las instalaciones solo habia bastas zona aridas. El contraste era cuando menos impactante; dentro habia de todo, fuera no habia nada.
Un individio que estaba con un grupo no muy lejos de donde los dos Agentes de la guardia civil y Goats habian estacionado, se acerco hasta ellos. Llevaba casco blanco, gafas oscuras, bata blanca; debajo de la cual lleva un traje, y en una mano portaba un Walkie-talkie. Cuando Goats lo vio mas de cerca se llevo un interesante sorpresa: era chino.
El misterioso pesronaje se presento a si mismo ante los dos agente y Goats como Jaime chang, Jefe de Seguridad.
—¿Ustedes vienen por lo del crimen, verdad?
—Así es respondio Morcillo.
chang levantó un walkie-talkie y señalo en direcciona a las naves habló en un español con acento andaluz bastante soportable, aunque hablaba a una velocidad endiablada, y no sabias si te estaba dando una bronca.
—Sus compañero estan en la nave 12, al final de esta calle, a mano derecha.
—Gracias —dijo el Agente Parra.
—Se reunirán con el El equipo en la entrada principal de la nave 12.
Chang hablo por el Walky, y al parecer dio instruciones a alguien para que avisara de su presencia en el recinto. Los dos Agentes y Goats comenzaron a caminar por la calle. La nave parecia estar cerca, pero en realidad estaba a un kilometro y medio. Cuando llevaban medico kilometro recorrido, Goats esta sofocado y sudoroso y tuvo la ocurrencia de preguntar a Morcillo.
—¿Por qué no hemos ido con el coche hasta la nave?
El Agente Morcillo se detuvo un momento, miro a Goats, y luego le respondio.
—¿Pretende que la guardia civil ignoró las señales que prohibíen el tráfico rodado por esta zona? ¿No ha visto los carteles de aviso en la entrada principal? Nosotros respetamos las normas.
—¡Esto es el colmo! —protexto Goats— Primero me meten en el Land rover sin aire acondicionado (asadero de pollos) desde mi hotel de Sevilla hasta San Lucar la Mayor; luego ma traen aqui y me hacen caminar un kilometro y medio bajo este torrido sol de junio. Ustedes se  han propuesto acabar conmigo y...
En ese momento Chang aparecio sonriente conduciendo un cochecito de Golf de seis plazas con un toldito muy bonito y se detuvo junto a ellos.
—¿Por qué no han tomado el vehiculo para ir hasta la nave 12?
Goats se giro hacia morcillo poniendo la misma cara que si se le hubiera caido un plato de espaguettis al suelo. El Agente Parra hizo un gesto con la mano, como dando a entender, que se dejaran de bobadas y subieran al cochecito. Los tres se perdieron por la larga avenida en direccion a la nave 12.

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