lunes, 14 de enero de 2013

No disparen al novelista, lo hace todo lo mejor que puede

Según se explica, la famosa frase "No disparen al pianista, lo hace todo lo mejor que sabe" ha sido algunas veces escenificada en el cine western, (no mencionando la frase), pero si mostrando esa escena. El piano acababa tiroteado y el pianista se llevaba una bien buena. En realidad el promotor de esta frase fue Oscar Wilde que al parecer en 1882, durante un viaje por los Estados Unidos, entro en el Salon de Leadville, una de las ciudades mas inseguras y también con la renta per cápita más alta por aquel entonces, y  mientras se tomaba una copa se quedo perplejo al ver un enigmático cartel. Pero será mejor que sea el mismo Oscar Wilde quien nos lo explique, aunque solo sea de manera ficticia:


Me llevaron al Salón de Leadville, y después de tomar un par de copas me fije en un extraño cartel sujeto al piano.
—Disculpe —pregunte al Barman— ¿qué significa ese extraño cartel? —le señale el piano.
El Barman estaba fumando un cigarro y pasando un trapo por la barra muy tranquilo, entonces me miro y me dijo...
—Ah, ¿eso?
Yo asentí con la cabeza.
El se me quedo mirando unos segundos y luego me dijo...
—¿Usted no es de por aquí, verdad?
—No, solo estoy de paso —le respondí después de tomar un trago de Whisky— pero me intriga ese cartel —le dije.
—Hay una cosa que debe saber sobre ese cartel, amigo —me dijo mirándome fijamente— si usted fuera pianista, y por casualidad tocara ese piano, podría acabar muerto. Los que vienen al salón suelen disparar al pianista cuando no toca buena música.
—¿Matan al pianista, solo porque no toca la música que ellos quieren?
—Así és, ¿por casualidad  no estará usted buscando trabajo, verdad?
—Oh, no, no que va; no se tocar el piano. Pero no he podido evitar fijarme en la frase del cartel: “Por favor, no disparen al pianista. Lo hace lo mejor que puede”.
El Barman soltó una breve carcajada. Solo un forastero haría esa clase de preguntas.
—¿Cuando fue la ultima vez que alguien toco ese piano —pregunte.
—Dos días —me dijo secamente el camarero.
—¿Y suelen matar muy a menudo al pianista? —pregunte prudentemente.
Entonces entro un extraño tipo vestido de negro, que portaba una chistera. Su cara reflejaba una sonrisa algo aviesa  y su presencia interrumpió la conversación.
—¿Tienes algo para mi? —pregunto el extraño tipo al Barman.
El Barman escupió en el suelo, y luego  negó con la cabeza. El misterioso tipo se largo por donde había venido. Luego el Barman me dijo...
—Aquí tenemos un cementerio para pianistas, y ese que usted ha visto entrar, es Jeremías Willwood, el enterramuertos. Ha venido para saber si tenemos contratado a un nuevo pianista. El ultimo que toco el piano, fue el que dejo ese cartel...



El dialogo en una novela

Bien, ya habéis visto el tema de escribir un dialogo corto, y terminarlo con un anécdota. Y también que la expresión de los personajes es la que parece encajar en el escenario de los hechos. 
De una sola frase te puedes inventar toda una historia, pero muchos tienen problemas con el ritmo del dialogo; especificamente con "el que decir" y con que el dialogo suene convincente. Antes de escribir largos diálogos os recomiendo primero algunas cosas: leer a novelistas de peso, gente con mas experiencia que vosotros, y hacer hincapié en como conjugan ellos sus diálogos Luego, escribir vosotros diálogos cortos, máximo de tres lineas, solo para experimentar. Con tres lineas, empezareis a sacar la máxima expresividad. Si con tres lineas no eres capaz de expresar el doble de lo que has escrito, regresa al principio.


La primera novela que intente escribir, fue a maquina, y se quedo por las 60 paginas. A mi nadie me dio un curso sobre guiones de dialogo, sino que  había leído a muchos novelistas de peso: Frederick Forsike, Erik Van Lusbader, Larry Collins, Robert Lundum, Michael Crichon, Umberto Eco Marcial La Fuente Estefanía (El Español que más sabia del Oeste), y mucho más y fueron con su estilo y técnica los que me dieron los primeras referencias o nociones. Luego, deje el tema de la novela aparcado durante años. Y en años no hice nada. Hasta el año 2006 en que empecé a escribir una novela de humor que actualmente esta en 90 paginas. 


Para el tema de aprender a usar con soltura los guiones de dialogo seguí un pequeño curso autodidacta, de una semana, donde una de las técnicas era escribir el máximo posible, en el mínimo espacio disponible, algo así como el Twitter del novelista. La idea es la siguiente: "Si en tres  lineas no eres capaz de desatar un torrente  de información, entonces comienza desde cero" decía el cursillo.


Hay una cosa que se descubre con el manejo de los guiones de dialogo en la novela —La raya del dialogo— y es que debes encontrar "tu modo personal de manejarlos"; ya que lo que hagan otros solo te sirve como una aproximación. Un pequeño curso te sirve como método orientativo, pero lo que te dará la destreza es ponerte a escribir durante bastante tiempo tres lineas, y luego seis y luego nueve, hasta conseguir llenar una pagina. Entonces, cuando llegues a ese nivel, será cuando podrás empezar a desarrollar tu manera personal de conjugar los guiones de dialogo.


Desde el principio nunca seras capaz de lograr buenos diálogos. Eso se quedara para el final, porque lo primero es alcanzar la técnica y después la expresividad, para más tarde añadirle la originalidad que producen la sensación buscada. No intentes hacer diálogos expresivos sin antes haber aprendido a usar lo mejor posible la técnica de conjugar los guiones. No funcionara construir la novela por las tapas.


Igual que para ser escultor primero hay que picar muchas piedras y romper algunas estatuas, para manejarse bien en el dialogo de la novela necesitaras intentar muchas cosas y equivocarte con ellas; y solo de después de muchos intentos surgirá una experiencia única que sera la que te de la habilidad que tu deseas.


Por otra parte en la novela hay siempre el mismo problema. El buen narrador suele flojear en los diálogos. Umberto Eco lo decía claramente: "Los diálogos me quitaban el sueño". En el lado opuesto funciona igual. El buen dialoguista suele tener problemas narrativos. En mi caso primero trabaje hasta cansarme la narrativa, y cuando conseguí expresar todo lo que quería de una forma que a mi me satisfacciera, me empeñe en conseguir conjugar el dialogo de un modo que no fuera fácil de mejorar. 

 
He hablado con gente que dice estar escribiendo una novela, y que creen que sus diálogos son de lo mejorcito. Bueno, incluso yo muchas veces cuestiono mis diálogos y si consiguen el máximo nivel expresivo que deseo; y busco diversas formas, ensayando la frase varias veces por si existe alguna mejor, hasta que las posibilidades ya no me permitan generar mas cambios.


Normalmente el dialogo de una situación debe encajar en el argumento. Es poco probable que en una escena de un tiroteo, alguien se ponga a recitar matemáticas, o a mencionar una receta de cocina. Con esto pretendo indicar que los diálogos no deben estar descontextualizados, deben estar en concordancia con la situación que sucede. Tú no puedes hacer hablar a un personaje de algo que no encaja demasiado bien en la escena, o que apenas tiene relación con la acción. Además de este problema, existe el del modismo personal. Tu manera personal de hacer hablar al personaje puede que este un poco calcada de como tú lo haces personalmente en la vida real, y eso puede no darle coherencia al dialogo. 


¿Te imaginas en una novela negra, a un policía soltando expresiones locales como esta: manda huevos, eh niño, pues venga, no me da la gana? ¿Que tendrán que ver estas expresiones con el estilo de novela negra, donde el dialogo esta muy perfilado y cuidado con el entorno? Yo leo una novela negra con esas expresiones y me da un vuelco. Lo mismo con una novela de terror donde un vampiro usa el... ¡Ala, qué haces!  


Vamos, que no me resulta ni creíble. El contexto te dicta el registro a usar y la forma de expresión del dialogo. No puede hablar igual un Romano, en una novela de Romanos, que un Detective, en una novela de Policía. Y no puedes hacer hablar a tus personajes como tu hablas. Esto ultimo es ciertamente difícil de evitar porque inconscientemente tiendes a meterte de forma personal en el dialogo, metiendo expresiones que tu mismo usas en la calle o a diario en tus conversaciones, y eso estropea la escena porque a aleja del contexto. 


Ningún Poli de Detroid diría: ¡Anda ya! A esto me refiero, esos detalles harán que tu dialogo no resulte firme y creíble porque tus personajes están en un escenario, y hablando como si hubieran viajado a otro que no les pertenece; pareciendo visitantes extranjeros en la escena. Un "Che, que boludo el indio este", estaría en concordancia con un Policía de Buenos aires, pero no con uno en España, para que lo entendamos. Nadie que se llame Sam, o Jou en una novela de estilo americano, puede parecer demasiado creíble si usa un lenguaje que no encaja en el escenario.


Por cierto, en inglés lo del pianista suena más o menos así: «Please don’t shoot the piano player. He is doing his best».

miércoles, 5 de diciembre de 2012

La escalada, un relato corto de ficción

Había salido un fin de semana ha Montserrat, para escalar la cara Este; la que se sitúa al pie del Monasterio. Llevo seis años haciendo esto y lo crean o no, es apasionante. Me habían hablado de que esas montañas son mágicas, encierran misterios que nadie ha conseguido jams descifrar, así que me decidí escalar en Montserrat.

Mi nombre es Jordi Moncada, y soy escalador aficionado. A veces voy solo y otras con gente, pero generalmente voy solo por una cuestión personal. Disfruto más este deporte si no tengo que arrastrar a nadie con mi cuerda. He probado escalar acompañado con otra gente; otros escaladores y la verdad solo puedo decir que es como estar casados; o te llevas muy bien con ellos, o te llevas muy mal. Y si es lo ultimo, es hasta peligroso.

Aquel sábado por la mañana estaba llegando a la cima de la gran roca debajo de la cual esta el Monasterio. Cuando alcance por fin la parte superior, fue sensacional. Podía tocar el cielo con mis manos. Era un día despejado, sin nubes, y podía verse a kilómetros de distancia.  Estuve de pie contemplando el paisaje y concentrado en el infinito horizonte durante un rato antes de bajar a rappel. Entonces, cuando, ya me quede satisfecho de admirar esas hermosas vistas, me gire y vi a un muchacho. Estaba sentado, vestía una ropa ciertamente extraña, llevaba pantalones negros pirata, una camisa azul, un chaleco negro, alpargatas,  barretina, y una faja negra. La verdad es que me quede totalmente sorprendido al encontrarme un escalador vestido así. Pero por otro lado, se que en el mundo de la escalada hay gente excéntrica que suben vestidos de las cosas mas raras con la idea de filmar un vídeo, así que tampoco era tan extraño encontrarme una persona vestida de ese modo. De todos modos, no pude resistirme y le pregunte.

—¿Quien eres tú? ¿Y como has llegado hasta aquí? —le dije.
El chico me miro muy tranquilo y sonriente.
—¿Es hermosa verdad? —dijo mirando hacia el horizonte.
—¿Como? —pregunte.
—La vista que hay desde aquí —me dijo poniéndose de pie y señalando hacia el horizonte.

Me gire un momento y asentí con la cabeza.

—Sí, es muy bonita —le dije—, pero... ¿que haces tú aquí? ¿Estáis gravando un vídeo o qué? —le pregunte.

Puso una cara extraña.

—No se que es eso.
—¿Y como has llegado hasta la cima de esta roca?

Yo mire hacia abajo y calcule que habrían unos cien metros o quizá mas de altura desde el pie del Monasterio hasta la cima. Era una buena caída.

—Yo siempre he estado aquí —me respondió.
—¿Siempre? —dije.
¡Hostia! No entendí nada.
—Sí, todo el mundo lo sabe —me dijo dando por sentado que yo también lo sabría.
—Pues yo no sabia que tu estabas aquí, es la primera vez que te veo y no te conozco —le dije mirando a su alrededor, tratando de encontrar a alguien más.

El me miro extrañado. Luego miro hacia el Oeste, como si buscara algo. Y yo me quede un poco desconcertado, pensando en que diablos hacia allí un chico vestido de esa forma tan extraña si no es  que estaba gravando un vídeo.

—¿Qué es un vídeo? —pregunto un poco ingenuo.

Le mire confuso porque todos los chicos de su edad saben que es un vídeo. Luego me quite la pequeña mochila que llevaba a mi espalda, la abrí y saque una pequeña vídeo cámara. La puse en marcha y le mostré unas imágenes gravadas.
Él puso cara de asombro.

—¡Cojones! —exclamo— ¡Esto es mágico! 

Sonreí por su forma de definir el ultimo vídeo que yo había gravado durante una escalada en unas montañas de Ribes de Freser. Realmente estaba en lo cierto, el paisaje era mágico. Lo había grabado al amanecer, y podía verse a mis pies una alfombra de nubes con matices entre azul, rojo y blanco. Todavía habían algunas estrellas en el cielo. El chico se quedo asombrado. Bueno, pensé que quizá sabia que era una cámara de vídeo pero que no había visto una tan de cerca jamas.

—Bueno... —dije guardando la vídeo cámara en la mochila— ¿Y que haces aquí? —le pregunte.
—Vigilo las Montañas.
—¿Vigilas las Montañas?
Me estaba intrigando.
—Sí —respondió mirando otra vez hacia el Oeste.
Aquello era muy raro.
—¿Para qué? —pregunte— ¿Es que alguien se las va a llevar?
—No —dijo algo serio— Es para que no consigan pasar —me dijo poniendo la palma su mano derecha sobre sus cejas para hacerse sombra y poder ver mejor.
—¿Quien tiene qué pasar?
—Ellos —me respondió señalando hacia el horizonte, en dirección Oeste.

Mire hacia donde él miraba y vi que se habían formado unos enormes y negros nubarrones, con rayos y truenos, que avanzaban de forma amenazante hacia nosotros. Estarían a unos diez o quince kilometros aproximadamente. Y me quede perplejo porque solo hacia unos minutos atrás que había un cielo azul, un sol maravilloso, y un horizonte despejado. Y ahora, de repente, como salido de la nada, una monstruosa tormenta se acercaba hacia nosotros.

—¿Quienes son ellos? —pregunte sin entenderle.
—¡Vamos! —grito— Debemos darnos prisa. Ya casi están aquí —dijo señalando hacia las nubes negras.

El chico se movió deprisa, y comenzó a bajar por una grieta de cerca de un metro hasta abajo por el otro lado de la gran roca. Parecia un escalador profesional, sabia descender con mucha agilidad. Yo me quede bastante sorprendido por la rapidez por como se movía. Yo tuve que hacer una braga y un nudo flojo, atarlo a un clavo de una roca, lanzar una cuerda para descender en rappel y seguirle. Cuando llegue abajo, di un tirón, y desenganche la cuerda. La enrolle y me la cruce al pecho.

—Oye, espera un momento... ¿Quienes son ellos?
—Los Franceses —me dijo sin mirar atras.
—¿Qué son, un grupo de excursionistas? —le pregunte confundido.

Entonces el chico empezó a correr por un camino cuesta arriba que serpenteaba entre esas extrañas rocas de punta tan redondeada. Yo creí que corría para ponerse a cubierto en algún refugio de montaña para excursionistas o senderista o algo así; lo cual no era mala idea porque realmente la tormenta que se acercaba tenia un feroz aspecto; muy amenazante.

—¡Espera! —grite— ¿A donde diablos vas?
—¡Vamos! —me grito— ¡No hay tiempo que perder! ¡Sígueme!
El chico corrió ágilmente por aquel camino y yo le seguí sin perderle de vista. ¡Joder! cómo corría.
—¡Espera! —le grite.
—¡Tenemos que llegar antes que ellos! —me dijo desde unos quince metros por delante de mi.

Yo le seguía por detrás todo lo rápido que podía, pensé corria como el diablo por la tormenta que tenia muy mal aspecto y la verdad a mi no me apetecía quedarme allí esperando y aguantar una fuerte aguacero. Habría recorrido un kilometro y medio cuesta arriba cuando me encontré al chico apostado entre dos rocas y mirando hacia abajo.

—¡Joder! —le dije jadeando y tratando de recuperar el aliento— hay que ver como corres cuesta arriba... chico.
El se giro hacia mi, me agarro de la cacheta, y de un fuerte tirón me empujo al suelo.
—Agáchate —musito— ¿es que quieres que nos descubran?
Yo seguía jadeando, pero pude tomar aire y le pregunte.
—¿Pero de quien nos escondemos?
El me agarro de un brazo y me arrimo junto a él y me señalo hacia abajo.
—De ellos —respondió indicándome con el dedo.

Mire, y vi cientos de individuos vestidos como antiguos Payeses Catalanes, y también un montón de gente que vestía uniformes del estilo de Napoleón. Era muy real, incluso las nubes negras parecían formar parte de aquella escena como si todo fuera una representación extraordinaria.

—¡Hostia! —exclame— pero si están rodando una película y yo sin enterarme.

Saque mi videocámara y me puse en pie y comencé a filmar. No quería perdérmelo. Apunte a uno que iba vestido como un soldado francés, que además iba muy bien maquillado porque el tío tenia muy mala cara. Entonces me vio y apunto hacia mi. Luego oír un fuerte estruendo y a continuación un rebote en las rocas que tintineo rebotando un par de veces. Entonces el chico me agarro de la mochila y  arrastro hacia el suelo.

—¿Pero que cojones haces —me dijo con enfado—, quieres que te maten, o qué? 
—Pero si son balas de fogueo —le dije.
—Son Franceses, y tienen muy buena puntería —me dijo enojado—  tenemos que impedir que pasen.

Bueno, yo pensé que me estaba metiendo en una película, aunque no vi por ningún lado ninguna cámara, ni focos de luz, ni gente; pero pensé que quizá estarían situados en sitios ocultos para que todo resultara muy verosímil y no se vieran las cámaras.

—Esos tíos no le darían ni a una garrafa de vino de veinticinco litros —le solté bromeando.

Pero entonces un disparo me arranco la bola del sombrero de lana, que yo tome en mi mano y mire con asombro. No quedo nada.

—Ya te lo dije —dijo el chico—, son Franceses, hijos de puta con muy buena puntería. Agáchate.

Estuvimos mirando unos minutos como un enorme grupo de Franceses perseguía a otro de Payeses Catalanes, aquello era una batalla. Entonces el chico se levanto y echo a correr por otro camino que  había entre las rocas.

—¡Sígueme, rápido!
—¿A donde vamos?
—No queda tiempo, vamos —grito— no podemos dejarles pasar.

El seguía corriendo sin que supiera hacia donde se dirigía. Le seguí porque yo estaba perdido en una montaña que apenas conozco y el parecía conocer muy bien aquello. Entonces llegamos a un hueco entre las rocas donde el tenia escondido un tambor. Se paso la correa por el pecho y comenzó a tocar mientras andaba rápido por el camino.

—¿Qué estas haciendo?
—Intento que el ruido de mi tambor resuene por toda la montaña y los Franceses crean que viene un enorme ejercito —dijo.

El chico se movía por los caminos que hay entre las rocas y yo le seguía detrás. La tormenta se cirnió sobre ellos y empezaron algunos rayos y relámpagos seguidos de truenos. Al mismo tiempo el chico hacia retumbar el tambor acompañando a los truenos.

—¡Mira! —dijo señalando al ejercito Francés— se han detenido. Creen que mi tambor es un ejercito y los truenos son los cañones.
—¡Joder —exclame— pero qué película mas real. 

Los Payeses Catalanes pudieron ponerse a cubierto y repeler el ataque produciendo bajas. Los Franceses comenzaron a mirar hacia todas partes asustados, mientras que los Catalanes disparaban y hacían caer a los soldados. Algunos oficiales pensaron que los disparos eran del ejercito que se acercaba y emprendieron la huida. Los soldados Franceses al ver que sus oficiales les abandonaban les siguieron por detrás.

El chico seguía caminando a paso apresurado por todas las rocas haciendo que el ruido de su tambor resonara por toda la montaña; los terribles truenos parecían cañones disparando y yo pensé que me había metido en una película. No se. Aquello era extraordinario. 
 
El chico siguió tocando el tambor sin parar y yo le seguí por detrás sin perderlo. El se detuvo un momento para descansar.
—No se que esta pasando aquí, ni quien eres —le dije— pero esto no me parece normal.
—Esto es una batalla, luchamos por Catalunya, y yo soy el timbaler del Bruc —dijo— tenemos que echar a los Franceses. Sígueme si quieres salir de aquí con vida. 

Le seguí lo mas cerca posible y la feroz tormenta empezó a caer con fuerza sobre nosotros y muy pronto me vi envuelto en una niebla muy densa; eran las nubes que empezaron a caer sobre los picos de las montañas. No se veía nada ni a un metro. Camine horas y horas escuchando el ruido del tambor, pero cada vez sonaba mas y mas lejano. Yo seguía el ruido. No se cuanto tiempo estuve caminando sin parar, perdí la noción del tiempo pero creo que camine envuelto en niebla densa hasta casi agotarme. Por fin llegue a una pendiente al final de la cual había un pinar. El chico estaba allí, mirándome, y luego se perdió entre los pinos. Yo le seguí pendiente abajo en medio de la niebla hasta que llegue a una plaza.

El chico había desaparecido entre la niebla. Mire a mi alrededor y no estaba, se había esfumado. Luego vi una extraña figura en la niebla y al acercarme me di cuenta que era un muchacho con un tambor. Durante unos instantes leí en el pedestal: BRVCH y MDCCCVIII, y luego todo se hizo negro y caí al suelo desmayado.

Dos semanas mas tarde me desperté en el hospital de Valle de Bron de Barcelona, en la unidad de cuidados intensivos. Había sufrido un fuerte golpe y una conmoción cerebral. Había estado en coma. Mire y vi a mis dos amigos, a mi padre, a mi madre, y a gente del hospital. Mas tarde, ya un poco mas recuperado, me enseñaron los periódicos. Pregunte por el Timbaler, el chico que me saco de la montaña pero todos se quedaron mirándome con cara de asombro. Nadie había visto al ningún chico con un tambor. Me explicaron que caí desde treinta metros a un saliente, y la cuerda de escalada amortiguo el golpe y eso es lo que me salvo la vida. Una unidad de rescate y salvamento consiguió llegar hasta la roca y me evacuaron en helicóptero muy grave, pero yo pase dos semanas en una batalla que jamas olvidare.

lunes, 13 de agosto de 2012

Escritores en la sombra

La fría realidad de como esta el tema de triunfar escribiendo libros es muy desalentadora. Aquí voy ha aplicar una parábola que representa el sembrador: “Si tu quieres recoger trigo de un campo primero deberás de comprar semilla y sembrar todo la que te sea posible para aumentar las probabilidades que en ese campo te crezca algo”. Pero el problema de la mayoría de los sembradores son las pretensiones iniciales y la codicia a que ellos mismos aspiran. El sentido común dice que no es posible arrojar cuatro semillas y cosechar un campo entero de trigo, porque eso es un absurdo planteado ¿por qué? Pues porque no funcionara. Una vez descrita la parábola del sembrador... vamos al tema de crear un libro y venderlo.


1- Crear un libro es relativamente fácil, aunque algunos opinen que no. La prueba es que hay millones de autores esperando en la cola de éxito a que les toque el turno de que la diosa fortuna les de un besito en la mejilla. Por supuesto, el talento y brillantez personal plasmada en un borrador juega un enorme papel a la hora de superar la selección Darwiniana intelectual que imponen los editores, donde solo el mejor, solo el tío mas brillante es el elegido y todos los demás, los mediocres, regresan a sus antiguas posiciones de don nadie con la experiencia del fracaso y conviertiendose en unos renegados, amargados o desconsolados.


2- Una vez tienes el  material, el problema se bifurca en dos teóricos caminos, negociar la venta y cuanto ganar con ese material con un editor. Negociar con editoras, que por supuesto no trabajan gratis y están en este negocio para hacer mas dinero que tu a costas del talento y el material del pobre autor novel (Osea tu), que casi siempre estas ansioso de llenarte el ego diciendo “¡Me han publicado, me han publicado, Dios santo me han publicado, ya soy alguien!” es un proceso ciertamente decepcionante para el autor que ve poco o ningún dinero, porque como bien dice la ley de la entropía... “Parte de la energía invertida en el sistema, se pierde en el intercambio o en la propia transformación” y esta ley incluso funciona en este campo intelectual. Se pierde mas que se gana al principio. Puedes trabajar como un burro meses y meses escribiendo tu novela bajo el condicionante de que estas creando un Bestsellers y luego darte una hostia de narices contra la realidad, ya que los editores solo te dan un contrato donde tu solo te llevas como máximo el diez por ciento del precio de venta del libro si llega. En la primera tirada no ganas nada, en las segundas ganas algo, y de ahí para arriba solo depende de lo interesante que sea tu trabajo para el publico.


3- Los escritores famosos nacionales que acaparan los mercados junto con los internaciones son los que mas pesan y por tanto los mas preferido de las editoras y también del publico. Si no tienes nombre, ni se molestan en conocerte o incluso en leer tu "genial borrador según tu propia opinión de tu trabajo". Ningún editora te publica si no eres nadie ¿por qué? ¡Joder! Pues porque nadie compra un producto que no conoce. ¿Como comprar un libro de un autor que nunca has conocido o leído? ¿Pagarías 12 euros por una  novela de un autor cuyo nombre no has oído jamas? Para comprar una novela de un autor, el publico tiene que experimentar el efecto manada, y ese efecto no es espontáneo sino que hay que provocarlo. La gente se lanza a comprar en masa solo aquello que los demás compran masivamente (por efecto imitación), ya que se ha corrido la voz de que es muy bueno. Por tanto la fama vende, pero la fama no surge por generación expontanea. Eso esta en las mas elementales reglas del Marketing. El resultado traducido a un libro es que tienes un producto, pero no tienes mercado, y no lo tienes porque nadie te conoce, y como nadie te conoce no tienes clientes potenciales que sientan el estimulo de la curiosidad por saber de que va tu producto y así tomar la decisión de comprarlo. Sencillamente eres un desconocido para el gran publico; o en su caso un grano de arena en un desierto, con pretensiones de convertirse en la punta de una montaña, pero sin conseguirlo.


4- Para superar el punto dos y el punto tres, hay que cambiar la forma de pensar. Un mercado no se gana por pelotas, imponiendo a la fuerza un producto y una venta, como es el caso de la mayoría de los intentos de los autores de vender una novela (de una autor desconocido) sino con armas sutiles. Una editorial no te publica si o eres un tipo conocido y con publico, ya que eso es precisamente lo que garantiza las ventas, y el publico no viene con tu primera obra, así que estas metido en un circulo vicioso y cerrado, que solo tu como autor eres capaz de romper. Rompe el circulo y seras famoso, enciérrate en el circulo, y seras lo que eres ahora; nadie.


5-Romper el circulo vicioso es fácil, lo difícil es luchar contra el tiempo,  tus propias aspiraciones personales, y tu paciencia. La paciencia en el arte de escribir (mas bien o mas mal) lo es todo. Ten prisa por publicar, y te pegaras una soberana hostia, ten paciencia por publicar buscando tu oportunidad y con algo de circunstancias y perseverancia lo conseguirás.
La mayoría de los editores reciben al mes mas de diez borradores de novelas o libros. Lo primero es saber a quien enviarle tu libro porque tu tema no es de dominio de todas las editoras (Y no esperes que te ocurra como le paso a Sthepen King, que se mato a escribir su primera novela, se le hincharon las narices, la arrojo a la papelera, su madre la rescato, se la llevo a un editor que se la rechazo, pero le dio una recomendación para una amigo suyo editor, que fue quien lo lanzo y dio el campanazo) sino que debes apuntar con precisión. Luego no desanimarte porque te digan que no (Desde 1989 que a mi me regalan siempre ese cariñoso no) mientras tanto, yo me pulo y me perfecciono para que mi producto sea cada  vez mejor y mas competitivo (Esto es puro Marketing) y ha seguir  aporreando puertas de editoras. Si con un libro no lo consigues, escribe otra cosa, y así sucesivamente, hasta que con alguno lo consigas. El fracaso no se rige por leyes infinitas, sino que tiene ciclos de polaridad, así que algún día lo conseguirás. (A la pregunta de cuando, joder, tu quieres saber incluso donde) y no te desanimes. No pierdas la fe, ábrete un blog, y promociónate, no pierdes nada. De todos modos entre escritores hay una competencia feroz, igual que en el mundo de los Blogueros, así que no pierdas tiempo y promociona tu talento. Ya no te digo que regales tus libros, porque se que te pondrás a gritar como un furibundo enloquecido, pero no seria mala idea para ganar un poco de visibilidad.


6- De todos modos, ya advierto que es mucho mas fácil triunfar fuera de tu país, que hacerlo en tu propio país. En España el escepticismo en el campo de la selección de nuevos escritores por parte de los editores, es un proceso tan extremadamente desconfiado (Por el factor de la inversión económica), que muy pocos consiguen pasar de escritores noveles a profesionales, así que hay que cambiar y buscar campos mas accesibles, y eso implica ser mas internacional en tu producto. Por competir que no quede... de todas forma perder ya pierdes, así que por intentar algo mas y mejor no creo que pierdas mucho mas.

domingo, 12 de agosto de 2012

El Codigo Jamonesky 6

4


El cochecito de golf se detuvo frente a la entrada principal de la nave 12 y Jaime Shang les señaló donde estaba toda la actividad, el punto que aparecía la gran puerta de acceso a la nave.
—Ahí están sus compañero del CSI, ese portón de madera es la entrada. Buena suerte.
—¿Usted no se queda? —pregunto Goats.
—No, tengo mucho trabajo, y he de dejarlos aquí.
Los dos Guardia civiles se bajaron del cochecito.
Shang arrancó y se fue a toda leche.
Goats se quedó mirando un momento a su alrededor, mientras veía alejarse a Shang con el coche de golf, y lo primero que pensó que no sería  fácil entrar en un sitio como este. Pero el asunto de investigar no era cosa suya, seguramente no era muy buena idea hablar demasiado, así que prefirió ser un buen observador.
Frente a los dos dos Agentes y Goats, había una unidad móvil del CSI de la Guardia Civil, otra del GAR, una camioneta de catering, mesas, sillas, sombrillas, un carpa atoldada, focos, cajas con material, equipos informáticos; en fin, todo un despliegue. También había bastante personal del CSI y guardia civiles, gente con monos blancos, equipados para no contaminar el escenario. En un pequeño grupo de unas pocas personas estaban la médico forense, y la juez charlando con algún oficial de la guardia civil. Al acercarse hacia donde estaba instalada la unidad móvil, los dos guardia civiles dieron un respingo. De repente, se tropezaron de frente con un coronel de la guardia civil; el coronel Contreras, un mando con bastante mal genio, con cara de pocos amigos que no soportaba el cachondeo y la gente que no se lustraba los zapatos. Se trataba de un hombre corpulento y moreno, grueso, que vestía con el uniforme, sus galones, y mandaba con inconfundible autoridad.  Cuando llegaron los dos guardia civiles, estaba hablando por el teléfono móvil, pero colgó cuando estuvieron frente a él.  Los dos guardia civiles le saludaron militarmente, y se pusieron firmes.
—Señor, a sus ordenes señor. Se presenta el Agente Morcillo y el Agente parra, señor.
El coronel Contreras les saludo sin pena, con cierta indiferencia profesional, sin demasiado entusiasmo. Luego se giro hacia Goats y se le quedo mirando, con cierto interés.
—Soy el coronel Contreras —le dijo—, estoy al mando de todo. ¿Y usted debe ser el Agente del CNI que estábamos esperando, verdad?
El coronel Contreras se había olvidado de dar la orden de descanso, y los dos pobres guardia civiles todavía estaban firmes y saludando. Uno de ellos, Morcillo, miro a Goats por el rabillo del ojo, haciéndole un guiño, y un gesto para que le siguiera la corriente al Coronel.
—No señor —respondió Goats con total naturalidad—, yo soy cocinero.
El coronel Contreras se lo quedo mirando con cara de mala hostia (recordemos que odiaba el cachondeo) y después de unos segundos empezó a dibujarse una discreta sonrisa, que al final termino en una tremenda carcajada. El coronel comenzó a reír a lo bestia mirando a todo su equipo, y para no desentonar, todo su equipo empezó a reír con él para no quedar mal. Goats se sintió molesto por el cachondeo, ya qué se estaban riendo de él, y por haber dicho la verdad. Pero la situación fue muy graciosa, excepto para los dos guardia civiles, que aun seguían firmes; y encima, sin poder reírse.
Cuando el Coronel se harto de reír, ya un poco mas tranquilo, le extendió la palma de la mano, agarrando la de Goats con gran fuerza.
—Es usted muy bueno, en serio, incluso ante un mando —comentó el coronel— sigue actuando como un autentico agente encubierto ¡Cocinero! —el Coronel volvió a reír a carcajadas— Nunca me habían dado una excusa tan ingeniosa. Sin duda es un agente de los buenos, todo un profesional...
Goats, se quedo sorprendido, iba a responderle al coronel que él no era un agente del CNI, solo cocinero, pero uno de los dos agentes que estaban firmes a las espaldas del coronel, le hizo un gesto como que le siguiera el juego. Lo cual hizo que Goats no dijera nada mas. El coronel invito a Goats a seguirle y se encamino hacia la nave de jamones donde estaba el cuerpo.
Goats siguió al Coronel hasta el almacén, que tenia la puerta custodiada por dos agentes de la fuerza especial de la guardia civil encapuchados. A Goats le pareció que esos tipos estarían pasando mas calor que un pandero en un desierto cocinando tortas de maíz. Los dos entraron en la gran nave, y el resto del personal le siguieron.  Una vez dentro, el espectáculo era soberbio. Cientos de miles de jamones colgaban de los techos, soportados por unos colgadores, la abundancia de jamón era tan densa, que no se podía ver nada. El olor a jamón era fuerte, característico, embriagador, casi una aroma que producía aturdimiento, y desde luego no era el paraíso de un Talibán que digamos. En algunos aspectos, el inmenso almacén de jamones propio ofrecía un aura casi sepulcral, el silencio dentro de la jamoneria era absoluto, quiero decir, que con bastante probabilidad se podría oír el pedo de un ratón. El almacén  tenia dos plantas y a la segunda planta se accedía por una escalera, mientras en en la planta baja había pasillo central que estaba en penumbra, estaba iluminada por unos pilotos muy tenues que indicaban el camino. Mientras el equipo avanzaba por el largo pasillo hasta un pequeño claro de luz cenital que provenía del techo a modo de foco a través de una ventana acristalada, Goats oía que sus propios pasos reverberando en el lugar. A unos veinticinco metros clavo la vista en el suelo e intuyó la escena; Javier  Zurrado esta tendido en el suelo con un jamón pata negra cortado a navajazos.  La única luz que había era la que entraba por esa cristalera, el resto eran bombillas que al parecer se podían elevar manualmente y que colgaban con cables del techo.
—¿Le gusta a usted su trabajo? —le preguntó Coronel, apuntando hacia el lugar del crimen.
Goats miro al coronel con cara de demasiado cansado para intentar otro comentario ingenioso. Personalmente se sentía fuera de lugar, lo suyo era la cocina, no los crímenes. Pero aún así y todo, complacido al coronel.
—Sí, de hecho soy el  mejor en mi profesión.
El coronel puso cara de satisfacción.
—Excelente, porque estoy seguro que su opinión aquí, nos va ha ayudar mucho.
Los dos se acercaron charlando tranquilamente por el pasillo hasta la zona del crimen. De lejos se podía ver el lugar que estaba rodeado por una cinta típica de NO PASAR, LINEA DE INVESTIGACION, y entorno a la escena había ya congregado bastante personal del CSI, y también el resto del equipo que siguió el coronel, menos los dos guardia civiles, que se quedaron fuera, firmes, saludando, y sudando como polos derritiéndose bajo el tórrido sol de junio. Y menuda putada.

Goats se preguntaba si el coronel sabia quien era él, pero al parecer el coronel estaba demasiado metido en su propio mundo personal como para entender la confusión que se había producido. El curioso empeño del coronel de tomarlo por una Agente del CNI, se había convertido en tema de conversación entre el resto del equipo que esperaba sus ordenes.
Seguramente todos esperaban de él una brillante explicación de las teorías conspiranoica mas típicas y bien conocidas, que aseguraban que el 666 era el número de serie de una partida de jamones, y no el numero de Satán. De todos modos, optó por callarse y solo concentrarse en ser un buen observador.
—¿Dónde estaba el personal de seguridad del recinto cuando ocurrió el asesinato? —preguntó Goats pareciendo un agente de inteligencia muy preciso y centrado.
El coronel hizo un gesto a una chica del CSI que estaba detrás suyo, que se acerco con una carpeta, saludo y se presento a Goats. Inmediatamente le informo de algunos detalles.
—Me llamo Maria Roncavacas, soy la encargada del equipo del CSI —se apresuró a decirle, susceptible, como si no creyera lo que pudiera decir Goats de su investigación o de que pusiera en cuestión la profesionalidad de su equipo—. Está claro que la noche del crimen, el vigilante de seguridad esta roncando como un ceporro mientras despanzurraban de un navajazo a Javier Zurrado. Al parecer alguien entro esa noche aquí, alguien que no debería haber entrado y llego hasta este punto. Todos los vigilantes dicen que no vieron nada ni oyeron nada.  Los han interrogado y todos afirman la misma versión. Todos dicen haber estado viendo el partido de fútbol de la selección española contra Italia. Debido a eso mi equipo se ha hecho cargo de la escena del crimen para preservar las pruebas.
Goats no asintió con la cabeza mientras hacía todo lo posible por parecer un autentico agente del CNI. Entonces Maria sintió algo de curiosidad y se volvió hacia Goats.
—¿Conocía bien a Javier Zurrado? —le preguntó.
—En realidad no lo conocía tanto como para saber en que asuntos andaba metido. No puedo imaginar que asunto le han llevado hasta esta situación.
El coronel pareció sorprendido.
—¿Usted conocía a Javier Zurrado?
—Por supuesto, pensé que usted ya lo sabia.
—No lo sabia, ¿Por qué no se me ha informado? —pregunto con enfado el coronel mirando a Maria con cara de disgusto.
—No lo se —respondió encogiéndose de hombros.
—¿Era la primera vez que se encontraba con él? —Siguió preguntando Maria.
—Sí, habíamos quedado en vernos en el cementerio de San Fernando de Sevilla, después de mi conferencia en la Universidad, pero no se presentó.
Maria anotó algo en un cuadernillo sin razonar en el detalle de la conferencia. Sin dejar de curiosearlo todo, Goats se fijó que el suelo habían manchas de aceite, y marcas de pisadas, luego miro hacia arriba y observo la enorme claraboya que colgaba del techo, que daba luz como un foco en un teatro mientas el resto permanecía en penumbra. 
—¿De quien fue la idea de encontrarse en ese lugar a media noche? —le preguntó Maria por sorpresa—. ¿De usted o de él?
La pregunta le pareció rara.
—Fue de Javier Zurrado —respondió Goats mientras toqueteaba uno de los cientos de chorros de grasa que resbalaban por una columna cercana a la escena del crimen, y frotándola en sus dedos, haciendo un gesto como si estuviera diciendo que quería dinero, produciendo la sensación de ser un autentico Agente hablándole sin mirarla a la cara, metido en husmearlo todo—. Se puso en contacto conmigo hace unas semanas por correo electrónico. Me dijo que sabia que yo venia a Sevilla a dar una conferencia y que quería tratar un asunto muy importante conmigo aprovechando mi estancia aquí.
—¿Sabe de qué quería hablar con usted?
El coronel permanecía muy atento a las reacciones de Goats, que por alguna razón, estaba bastante relajado entre tanto jamón, y daba la impresión de ser un autentico Agente del CNI con mucha experiencia en la materia.
—No lo sé. Algo relacionado con el arte secreto del jamón, supongo. No lo se seguro. El y yo teníamos los mismos gustos profesionales.
Maria parecía muy poco convencida. Puso cara de extrañeza.
—¿Me está diciendo, que usted no tenia ni idea del motivo de su encuentro con el?
Goats no lo sabia. Lo único que sabia es que la reunión despertó su curiosidad, sintió una necesidad irresistible de saber porque quería verle. El prestigioso Javier Zurrado era un famoso cortador de jamón, y un experto catador, y amaba su discreción personal. Casi nunca, por decir que nunca hablaba sobre si mismo y de sus asuntos. Al recibir el  mensaje de reunirse con el en el cementerio pensó que seria un asunto al menos interesante o quizá importante.
—¿Se le ocurre al menos por qué eligio el cementerio para reunirse con usted a media noche? —pregunto con suspicacia Maria, dando a entender que relacionaba el crimen con el lugar de la reunión.
Esa pregunta tan directa y pretenciosa molesto a Goats.
—La verdad es que no me lo imagino. No se lo sé. A mi también me pareció un lugar extraño para una reunión, pero no pude cuestionar su elección. Sencillamente acepte la invitación y nada mas. En mis clases uso muchas veces sus conocimientos sobre el corte del jamón.
Maria volvió a tomar notas en su cuaderno.
Los tres se encontraban ahora a medio camino del pasillo que daba a la zona del crimen.
—¿Y que me dice de esos intereses que tenían usted y él en común?
—¿Tengo que responder a esa pregunta?
—Por supuesto. ¿Acaso tiene algún problema en contestarla?
—Sí, de hecho es personal y no debería de responderla. Es un tema confidencial.
—Ya. ¿Y qué tema es ese?
Goats vaciló unos instantes, antes de decir nada, ya que podría ser difícil  explicárselo.
—En esencia, se trata de una investigación que conducía Javier sobre la hermandad del Cortijo del jamón y los secretos de la fabricación del Jamón pata negra.
Maria miro a Goats como si sintiera que le estaba tomando el pelo. Así que volvió a la carga.
—¿Entonces Javier era una autoridad  en la materia?
—Creo que el mejor del mundo.
—Entiendo. Era una especie de Guru del jamón pata negra, ¿Verdad?
—Sí, algo así —dijo Goats.
Pero Goats tuvo la sensación de que Maria no entendía nada. Javier Zurrado estaba considerado como el mejor experto en jamones del mundo  especializado en el pata negra.
—Tal vez Javier Zurrado sabía algo que usted no sabia  —aventuró Maria—, y le propuso el encuentro para ofrecerle alguna información importante.
Goats puso cara de extrañeza.
—En realidad, ni yo mismo lo se. Aún es pronto para sacar conclusiones precipitadas.
Maria se quedó sorprendida y en silencio por la respuesta tan concisa de Goats.
Cuando ya estaba cerca de la zona del crimen, se detuvo al darse cuenta de que Javier Zurrado estaba realmente muerto. Se volvió unos instantes, como rechazando ver la realidad y vio a Maria mirándole sin demasiada sorpresa.
—¿Pasa algo? —le preguntó el Coronel esperando con impaciencia terminar de llegar a donde estaba el muerto.
Goats pareció algo afectado y se volvió un instante, como si no le gustara estar allí en medio, en una escena de un crimen. «No, no pasa nada, solo es un muerto, nada mas», se mintió a sí mismo. Cuando era pequeño, Gotas vio como un tren atropellaba a un motorista en un paso a nivel y lo dejaba hecho carne para salchichas, y se paso varias semanas con aquella visión repitiéndose en su mente. Desde entonces tenía un poco de fobia a los escenarios de un crimen. «Un muerto esta muerto, no comen jamón, estoy perfectamente seguro», se dijo a sí mismo, aunque sin acabar de creérselo.
—Usted y Zurrado —dijo el Coronel cuando ya estaban frente al cadáver—, ¿no habían hablado nunca de el asunto que quería tratar con usted en el cementerio? ¿No se habían enviado nunca nada por correo electrónico?
Otra pregunta rara.
—No, nunca.
—Señor Goats, deduzco que no ha estado nunca en una fabrica de jamones fuera de las horas de visita de los clientes y turistas.
—No, supongo que no —respondió intentando no hablar demasiado.
Los almacenes, por lo general muy bien iluminados, estaban en penumbra. Solo la acostumbrada luz blanca cenital, había un resplandor que provenía desde el techo que descendía hasta el suelo, iluminado el pavimento donde estaba muerto Javier zurrado. Goats ya había deducido que era allí donde habian matado a Zurrado, porque en las fotos que le enseñaron los guardia civiles en la Tableta de Windows había visto un Jamón destrozado en el suelo.
Al acercarse, el coronel le invito a ser el primero en dar un buen vistazo a la escena del crimen. Maria incluso levanto la sabana blanca que lo cubría.
—Usted primero, señor Goats —le dijo Maria, mirándole como el fuera un Guru de la ciencia del CSI.
Goats le devolvió la mirada como si tratara de encontrar la respuesta en sus  caras, pero en sus caras solo había desconcierto e intriga, esperando que fuera él quien esclareciera las respuestas a cualquier pregunta.
 «¿Yo primero? ¿Qué coño les digo a estos dos?» —se dijo pensando para si mismo.
El coronel le señaló con un movimiento de cabeza el arma del crimen, o el supuesto arma del crimen, un cuchillo Jamonero que había junto a Zurrado.
Goats lo miro detenidamente mientras Maria y el Coronel lo miraban a él. Zurrado estaba cubierto de sangre, boca arriba, su rostro parecía como si de repente le hubiera atacado el hombre lobo, tenia una mirada perdida en el infinito.
«Tranquilízate o te vas a ver en un buen follón con estos dos», —pensó Goats—, tratando de aparentar que estaba haciendo algo muy profesional. Estuvo fisgoneando todo lo que quiso hasta que por fin, después de un cuarto de hora de mirar y mirar, finalmente se levantó, y colocándose una mano bajo el codo izquierdo, y apoyando el codo en la mano, al mismo tiempo que se masajeaba la barbilla (Un gesto muy intelectual), empezó a aparentar sospechar que aquello era una escena de un crimen muy bien pensado, y que seria una noche muy larga.

sábado, 11 de agosto de 2012

Cuestionario para escribir una novela

Voy a lanzar un test de preguntas. Son para escribir una novela. Tema Thriller Judicial. Thriller deriva del verbo thrill (asustar, estremecer, emocionar), pero traducido al Español seria novela de suspense,y también se las conoce como de "
Terror Inteligente". Un maestro del Thirller fue el conocido Alfred Hitchcock, autor de Psicosis, con la muerte en los talones, etc.

Las preguntas son:

1-¿Que te atrae personalmente de una novela?
¿Valoras la narrativa?
¿Valoras mas el estilo?
¿Valoras mas el tema de la historia en general?
¿Te gusta que todo este bien explicado y demostrado?
¿Que todo resulte creíble?

2-¿Que te gustaría encontrar en una novela?
Un buen tema interesante
Que no te decepcione de principio al final
Que se mantenga la emoción y la intriga hasta el final
Que lo que pase sea excitante y insolito
Que aprendas leyendo de lo que hacen las personas de la novela
Que te distraiga y puedas evidirte
Que te haga olvidar tus propios problemas personales
Que te identifiques con la historia y los personajes y sufras con
ellos

3-¿Que factores te hacen pensar si una novela es buena o no?
El nombre del autor
Lo que escribe el autor y como lo escribe
El numero de paginas que ofrece en la novela
La originalidad de la historia
Que este basada en hechos reales
Que te enganche desde el primer capitulo

4- ¿Te gusta una novela larga o corta?
Cuantas paginas 250?
400 o mas paginas?
Crees que una novela es mejor cuantas mas paginas expliquen la historia que tenga que contar?
Prefieres una historia que tu mismo has de desenredar averiguando las pistas?
Prefieres que el autor te la desenrede sutilmente como si fueras tu quien lo hace?
No, prefiero menos paginas, pero mas concrecion en los hechos.

5- De estos ingredientes, ¿cuales crees que son interesantes segun tu punto de vista y experiencia como lector de novelas?
a- una buena historia con buena información que te entretenga.
b- el desarrollo del argumento creible.
c- los diálogos fluidos de los personajes.
e- las marcadas características de cada personaje.
f- que termine bien (Final feliz).
g- que termine mal (Final trágico).
h- que termine indeterminado (El final lo supones tu).
i- que el final se auna anecdota que te deja que pensar.

6- ¿Que crees que debería contener una novela para que estuviera a tu gusto, y también al gusto de los demás, segun las novelas que ya hayas leido?
a- Amor y romance
b- Odio y venganza
c- Maldad, crueldad
d- mentiras y engaños
e- intriga y suspense
f- Misterio y enigmas
g- acción y persecución
h- traicion y adversidad
i- justicia despues de mucha lucha
j- anecdota

7  Imagina que tu quisieras escribir un thriller Judicial, que crees que podia despertar mayor enocion e intriga en una historia como esa si tu pretendes contarla ¿Cual seria la clave a reflejar a lo largo de todo?.
a -lo que sufre al protagonista
b -lo que le hacen al protagonista
c -como ocurren los hechos uno detras de otro.
d -como escapa de todo
e- la dureza del personaje que es victima

Este mini test puede ayudar a construir una novela mas a tu medida, comenta o envia un correo. Si quieres añadir algo mas que aquí no se refleje, sera de gran utilidad cualquier cosa que tu aportes, responder debajo al correo o con un comentario todo lo que querais opinar. Todas las opinones seran consideradas y valoradas. 
Gracias a todos.
norbooksediciones@gmail.com

jueves, 28 de junio de 2012

El Codigo Jamonesky 5

3


El aire torrido de junio a cuarenta  grados de temperatura entraba a chorro por la ventanilla abierta del viejo Land Rover de la Guardia Civil, que no tenia aire acondicionado, mientras avanzaba a toda velocidad en dirección al cuartel de la Guardia Civil de San Lucar la Mayor. Dentro, en la parte de atras, en lo que se llama la perrera del Land Rover por estar llena de rejas, era como una sauna a cincuenta grados, y Roberts Goats se cagaba en dios porque estaba sudando como un jodido cochino; el sudor le caia a chorros antes sus ojos y le escocia mientras él intentaba aclararse las ideas. Una cosa le atormentaba encerrado en ese Jeep de la Guardia Civil, un ducha rápida y fresquita, y un afeitado le habrían dejado más o menos como nuevo, pero la pareja de la Guardia Civil no le dio tiempo para nada en el hotel y ahora, metido en esa jaula, estaba angustiado. La terrorífica idea de que el tenia una reunion con Javier Zurrado, le hacia sospechoso del crimen y no paraba de atormentarle la vision del jamon mal cortado.
«El catador de Jamones, muerto. ¿Cómo es posible?»
Goats no pudo evitar recordar aquellos dias en que Zurrado, fue su maestro, y le enseño a cortar el jamon en virutas. La profunda sensación de pérdida que le producía aquella muerte, no tenia palabras. A pesar de que Goats tenia fama de ser un cocinero con muy mala leche, era casi inevitable que no sintiera la perdida de uno de los grandes maestros del corte del jamon. Gracias a Zurrado, Goats habia esctrito algunos de sus mejores libros sobre las claves secretas del corte del jamon, y como preparar sabrosos platos de pata negra en forma de viruta. El encuentro que habían acordado para aquella noche, estaba previsto celebrarse en un lugar muy tranquilo, lejos de las miradas indiscretas; en el cementerio de San Fernando de Sevilla, y cuando despues de esperar un par de horas el catador de jamones no se presento a la reunion se sintio decepcionado.
De nuevo, la imagen del jamon mal cortado se cruzó en su  mente como si fuera el disparo de un flash de una camara de fotos. «¿Aquel estropicio con un jamon de mil quinientos euros lo había hecho él mismo? No se lo podia creer. Era algo impensable» Goats miró por las rejas de la perrera, y vio las calles abarrotadas de gente.
La ciudad ciudad de sevilla esta invadida por montones de turistas Americanos, y pronto recordo algo que habia leido en una novela, en la fortaleza digital —el Gilipoyas de Brown habia mentido a millones de personas diciendo pestes de Sevilla. Pero la realidad era que los Americanos invaden Sevilla, los hospitales son de lo mejor del mundo y no huelen meados (Eso quiza sera en los Estados Unidos, pero no en España), la seguridad social te atienden sin dinero, seas español o extrangero, los medicos sevillanos son de lo mejor del mundo, la giralda tiene carteles de advertencia y vigilancia de seguridad por todas partes, no comprendo como pudo decir tantas estupideces juntas—. El Land Rover circulaba tranquilo y sin necesidad de usar las luces detellantes, y nadie se fijaba en un coche patrulla de la Guardia Civil.
Goats se sentía precisamente como un perro en una jaula, y el calor  no era algo que le tranquilizara demasiado. Siendo como era alguien que se enfadaba muchisimo por un estornudo sobre un plato de jamon recien cortado, o por tocar (Manosear) la comida sin guantes, habíendo dedicado una parte de su vida al estudio de la higiene en cocina, Goats odiaba sudar como un cerdo y especialmente los manchurrones sobaqueros, que le hacian parecer un imigante saltando la valla de melilla.

«Es posible que un plato de boquerones, o un espeto de sardinas malagueñas sean invisibles para la mayoria de los de los americanos, especialmente para los que escriben mierda de Bestsellers —decía a menudo en sus clases de cocina—, pero siempre están ahí, en los chiringuitos de malaga, en San Lucar de Barrameda, incluso mas lejos; en cadiz,  justo para quitar el hambre a quien lo necesite por unos pocos euros.» En estados unidos una mierda de hamburguesa cuesta mas de diez euros, y una cerveza otros diez euros o mas; total, veinticinco euros ¡Que martillazo en los dedos! por una comida basura. Y aqui por la mitad, te comes una docena de sardinas y te bebes dos medianas San Miguel...¡Que diferencia!
—Supongo —pregunto—, que en los de Universidad de Sevilla les han dicho dónde encontrarme.
El Guardia civil que conducia negó con la cabeza.
—Han sido los del FBI.
—¿El FBI? —Goats se quedo pillado.
—¿Como demonios ha sabido el FBI que yo estaba aqui, en España?
—Pues vera, encontramos su nombre en la cartera de Zurrado, y vimos que era Norteamericano. LLamamos a la embajada de los Estados Unidos en Madrid, ellos llamaron al FBI de Estados Unidos, quien ha su vez se puso en contacto con la Policia de California, que les dijo que usted estaba de viaje en España, aquí, en Sevilla. Como la Guardia Civil tiene muchos amigos en todas partes del mundo, sus colegas del FBI nos llamaron desde Washington y nos dijeron donde esta usted dando las conferencias. Y asi es como lo encontramos, ¿A que ahora ya no piensa lo mismo de la Guardia Civil, eh?.
—Desde luego qué no, ¿No se fijaron que en la parte de atras de la tarjeta habia mi numero de movil?
Los dos Guardia Civiles se miraron con una cara de mala hostia, que Goats supo interpretar muy bien. Menudo rodeo. Les hubiera bastado marcar ese numero y asunto resuelto. Localizar a Goats en el Hotel ZENIT de Sevilla no les habría llevado, probablemente, más de cinco segundos.
Mientras el Land Rover seguía avanzando en dirección sur, apareció a mano derecha el perfil iluminado de la Giralda de Sevilla, apuntando hacia el cielo. Al verla pensó en lo hermosa que era, y en la gran historia que encierra, ademas de ser el lugar mas romántico del planeta. Si una turista Americana quisiera encontrar el amor de su vida, debe hacerlo en Sevilla, y no en el Central Park de Nueva York.
—¿Sabe cuantas veces la han vendido? —dijo Goats a uno de los guardia Civiles, apuntando con su dedo hacia la giralda de sevilla.
El guardia civil se quito las gafas de sol oscuras y le miro con cara extrañado, seguro de no haberle entendido.
—¿Que tonterias dice?
—Quiero decir, que la Giralda se la han vendido muchas veces a los turistas, ¿verdad? —insistió Goats señalando la Torre—. ¿Sabe lo que es un timo verdad?
El guardia Civil sonrio, comprendiendo la idea.
—Todavia no ha habido quien nos la venda a nosotros —se jacto el Guardia Civil.
—Eso es porque ustedes son la policia, pero leei que a un turista japones se la habian vendido, y vino a recogerla con una flota de camiones.
El Guardia civil Solto una tremenda carcajada.
—Si nosotros atrapamos a un tipo llevandose una sola piedra de la Giralda de sevilla, se pasa por lo menos cinco años en la carcel. A un sevillano le puede decir de todo, pero no te atrevas a tocarle la semana santa, el jamon pata negra, y la giralda de sevilla.


Goats asintio con la cabeza. Esta sofocado, medio descamisado, dentro de la perrera era como un horno, y se estaba casi desidratando. Cuando salieron de Sevilla, tomaron direccion a San Lucar la Mayor,  el guardia civil siguio por la Cerretera  A8076 hasta llegar el Cuartel de San Lucar la Mayor, que servía como puesto de mando operativo para el Capitan Zarzales. El Cuartel de la Guardia Civil de San Lucar es un bello edificio, en cuyo flancos hay dos frondosos naranjos haciendo guardia permamente. Era un cuartel clasico, con las paredes blancas, y un hermoso portico sobre el cual habian dos faroles, en medio del cual la placa donde se leeia —Casa Cuartel de la Guardia Civil—, y justo debajo "todo por la partia". El land rover aparco en la entrada, y los dos guardia civiles se bajaron. Le abrieron la puerta a Goats, que al salir de aquel infierno, sintio una enorme oleada de aire fresco y un profundo alivio. Los dos guardia civiles lo acompañaron hasta un pequeño despaño, donde le estaba esperando el Capitan Zarzales. 
Al llegar, Zarzales le tendio la mano, y le invito a sentarse. Le ofrecio una botella de agua mineral bien fria, que Goats se bebio ansiosamente ante la sorprendida mirada del Capìtan.
—¿Ha disfrutado del viaje? —pregunto el capitan Zarzales.
Goats le miro con cara de deprimido sin dejar de beber agua como si fuera un extraviado en un desierto.
—Un poco mas —sijo con voz ahogada—, y en vez de un hombre encuentran un charco en esa perrera —respondio Goats bebiendose a morro la botella de litro.
El Capitan miro para los dos guardia civiles que lo habian traido con cara de contrariado. En vez de usar el coche con aire acondicionado, habian cogido el Land Rover de patrulla para el campo, que era una unidad, a la que en el cuartel la llamaban "el asadero de pollos". En otros tiempos, habia sido el unico vehiculo que se usaba para los delincuentes. Despues de unos minutos, cuando Goats parecio ya algo recuperado de su deshidratacion, el Capitan Zarzales comenzo a interrogarlo. Zarzalaes era un capitan con una amplia experiencia, y tambien un mando sobrecargado de trabajo, era un tipo muy normal, de aspecto corriente, que no daba la apariencia de capitan. Era simpatico, trataba bien a la gente, usaba gafas, y le gustaba su trabajo. Tenia bajo su mando, nada menos que mas de diez cuarteles de la guardia civil, lo cual era una alta responsabilidad. Precisamente, el crimen del catador de jamones se habia producido en su demarcacion, en una finca llamada los olivares, una bodega con almacenes corrales con cerdos donde se fabricaban los jamones Macario.
—¿Sabe por qué esta usted aqui? —pregunto muy tranquilo el capitan.
—Esperaba que alguien me lo dijera. Han llegado dos de sus hombres, han derribado la puerta, me han metido en ese trasto a cincuenta grados de temperatura, un poco mas y acabo como un cochinillo al horno; y me han traido hasta aqui. Y no se mucho mas.
—Si alguno de mis hombres le ha tratado mal, digamelo que...
—Oh, no, no, —interrumpio Goats haciendo un gesto con la mano— han sido bastante amables; solo que yo no se que esta pasando aqui.
—¿Usted no sabe nada del crimen?
—No, ¿Por qué?
—¿Sabe que Zurrado tenia una de sus tarjetas en la cartera?
—Es posible.
—¿Desde cuando conoce a Zurrado?
—Desde hace años. Su padre y el mio eran amigos.
—Para ser Americano, es una persona que habla demasiado bien el Español.
—Eso tiene una sencilla explicacion. Mi padre es Sevillano, y mi madre es americana de Hill Valley, california.
—Asi que usted es medio sevillano entonces.
—Si señor, mas Sevillano que Americano.
El capitann Zarzales sonrio unos instantes.
—¿Que puede decirme de Zurrado?
—¿A qué se refiere?
—Me refiero a si tenia asuntos sucios, si estaba metido en cosas guarras, tal vez bastante cochinas, ya sabe, cosas ilegales.
—Hombre, él trabajaba en una factoria de jamones, asi que trataba con cochinos y cosas bastante guarras.
El capitan Zarzales sonrio nuevamente.
—¿Usted conocia bien a Zurrado?
—Bueno yo fui su alumno, pero yo utimanente solo mantenia amistad con el desde los estados unidos, me suministraba material.
El capitan Zarzales puso una cara extraña.
—¿Material? Qué quiere decir... ¿Mariguana, chocolate, extasis, acido, caballo, tripis, rulas, cocaina, chicha, Yaguasca, pellote, mezcalina, azucar glas, merengue? —pregunto suspicazmente.
Goats solto una carcajada por la exagerada presuncion que habia formulado el capitan Zarzales. Sin duda habia visto muchos capitulos de Mallami Vice.
—No, nada de eso. El me suministraba fotos de cortes de cajon, fotos de jamones, y datos sobre la curacion del jamon. Todo su material era sobre alimentacion. La unica droga eran las virutas de jamon pata negra, que son muy adictivas.
—Entiendo. ¿Sabe quien pudo matarle?
—No señor. No se me ocurre nadie.
—¿Que clase de persona era Zurrado?
—Pues... un buen amigo, buen cortador de jamones. Alguien muy tranquilo, que no fumaba, que amaba profundamente el jamon pata negra, y que le gustaba la crianza del cochino.
—¿Y sabe si tenia enemigos?
—¿Enemigos, Zurrado? Pero si era una persona que se tomaba sus copas de fino malagueño, tio pepe, y toda sus actividades sociales estaban centradas en las bodegas del jamon.
—Ya, pero aun asi, ¿Cree que alguien podria tener motivos para matarle?
—No lo se, ¿Tal vez un cliente descontento? ¿Un inspector de hacienda rabioso por el IVA?
En capitan zarzales sonrio y movio la cabeza asintido con la idea, pero aun asi no tenia muy claro el movil del crimen.
—Tengo entendido que usted es un tio muy famoso en el mundo de la cocina y que se le conoce mas que a Carlos Arguiñano.
—Hombre, pues no se que decirle Capitan; he cocinado algunos huevos fritos con chorizo, me he cagado en dios varias veces porque se me han quemado las lentejas y poco mas, pero el resto es la prensa quien lo mueve todo.
—No se haga el modesto conmigo, soy Guardia Civil, ¿Comprende?. Me
 informado muy bien acerca de usted. Es usted todo un maestro en el arte del jamon pata negra ¿Es cierto eso?
—Hice un master en tocineria, y otro especializado en Pata negra, ademas soy diplomado por la universidad de Granada en el cortado de virutas de jamon. Asi que... no le han engañado,  entiendo lo suficiente de jamones como para saber cuando se trata de una falsificacion made in china.
—Entonces creo que usted es la persona mas indicada —dijo el capitan Zarzales.
—¿Yooo? ¿Indicado? —exclamo sorprendido Goats— ¿Para qué, si puedo saberlo?
—Para que nos ayude a resolver este enigma.
Goats puso cara como deberia haberse tragado la lengua. El mismo se  habia enfollonado aun mas en el asunto de Zurrado por tener una boca tan grande.
—¿Yo soy un cocinero de diseño del embutido; que pretende que haga yo metiendo las narices en un crimen, si puedo saberlo?
—Usted, junto con el agente morcillo, y el Agente Parra, se van ahora mismo para la finca de los Olivares. Alli esta el cadaver de Zurrado —el Capitan Zarzales consulto el relog— y si no me equivoco, hay que darse prisa porque la Jueza, Maria Consuelo Estrellado, ha de llegar junto con la medico forense, Lucia del Valle.
—¿Y que coño pinto yo en medio de un crimen, es que no se como entenderlo?
—Sin duda mucho. Ya lo vera. Usted era amigo de Zurrado, le conocia bien, y ademas sabe de jamones mas que de Futbol. Asi que usted y mis dos hombres se van ahora mismo para los olivares, a dar un vistazo a la escena del crimen, y quiero que les de toda su cooperacion en todo lo que le pregunten.
Ante una peticion tan directa, Goats no puedo escaquearse, asi que no tuvo mas remedio que aceptar.
El teniente Zarzales llamo al Agente Morcillo.
—Señor, si señor —dijo Morcillo saludando al Capitan al entrar por la puerta.
—Usted y su compañero Parra se llevan al Señor Goats ha la finca de los Olivares inmediatamente —ordeno.
—¿A la finca de los Olivares?
—Sí, qué ocurre; ¿Alguna objecion a mi orden Agente Morcillo?
—Pero señor...
El Capitan Zarzales miro con cara de enfado a Morcillo.
—¿Síii?
—Eso esta a cincuenta kilometros de aqui, casi en el desierto...
—¿Y qué si esta a cincuenta kilometros y en una zona desierta, como si esta a sesenta y en la Lonja del pecado de Pontevedra; en la Guardia Civil Vamos donde haga falta, incluso si no llaman desde el Tibet, tambien vamos...
—Pero señor... eso esta donde cristo perdio su zapatilla...
—¿Es que usted no sabe usted ir hasta el lugar del crimen?
—Si señor, hay que tomar el camino de las cabras, y luego pasar por mata las burras. Una vez alli, esta el complejo de la Jamoneria de Macario...
—¿Entonces donde esta el problema? —pregunto Zarzales
—Pues que esta muy lejos, señor.
—Morcillo, usted sin duda es buen guardia civil, pero tiene un problema de oreja. Escucheme atentamente. Hay dos cosas que debe saber sobre mi.
—¿Cuales señor?
—No tolero la insubordinacion y que mi gente fume puros farias.
—¿Y la segunda, señor?
—No soporto ver a un caballo tristre sin un morral lleno de algarrobas. Asi que hagame un favor, no me obligue a que le meta un expediente, porque si lo hago, lo voy a mandar a Ceuta; donde lo mas divertido que vera usted en todo el dia, seran moros nadando con neveras por la frontera, y Fatimas cargadas con fardos de cuatrocientos kilos de hachis, ¿Me explicado claramente?
El agente Morcillo se puso firmes, y saludo inmediatamente.
—¡Señor, sí señor! Perfectamente señor. Vamos a donde haga falta señor, nos vamos para los Olivares, señor.
—Bien, ahora que ya tenemos claro, que el deber es el deber, usted, el Agente Parrado, y el Señor Goats, tomaran el Auto de servicio —con aire acondicionado, no quiero que el Señor Goats sufra otro golpe de calor— y se van ahora mismo para Mata las burras. El Señor Goats es experto en jamones, y ha tenido la amable gentileza de colaborar con la guardia civil en esta complicada investigacion; se ira con ustedes para examinar la escena del crimen, tiene carta blanca para todo, deben tratarlo con amabilidad y ayudarle en todo lo que les pida. ¿Me ha comprendido Agente Morcillo, o necesita que le haga un Facesbook para que lo lea?
—Lo he comprendido señor, a la primera, señor.
—Nada mas, puede retirarse.
Morcillo saludo al capitan, que le devolvio el saludo sentado y relajado; segundos depues, se puso de pie al mismo tiempo que se levantaba goats de la silla, le tendio la mano mientras se despedia de él. Goats y Morcillo salieron hacia el coche de la guardia civil. Luego tomaron direccion a los olivares, por la carretera A-472 hacia las instalaciones de la Jamoneria de macario. Cruzaron el  rio Guadiamar, y continuaron hacia delante, cruzando otro rio, el Arroyo de Aranchon, tras el cual; como a unos siete kilometros, se desviaron a la derecha por una pista forestal, que se perdia en unos parajes de secano.  Al internarse en esa zona desiertica, el agente Morcillo miro el GPS del salpicadero y se dio cuenta que estaban entrado en el camino las cabras.
Fuera, el calor era sofocante. Se podia freir un huevo frito sobre el capo del coche de la guardia civil. Cinco kilometros mas tarde, habia un camino de gravilla y el arrastrado de las ruedas por la tierra entonaba un ruido cansino, era la pendientre de Mata las Burras, con 45 grados de inclinacion. Cincuenta metros mas tarde, en medio de la nada, de repente; Goats vio un cartel en el que se leia: ZONA RESTRINGIDA. NO PASAR SIN AUTORIZACION.
El Guardia civil no le hizo ni puto caso, y continuo hacia delante como si nada. Venticinco metros mas abajo, Goats vio otro cartel, con una advertencia bastante pesimista: CUIDADO, ESTA USTED EN UNAS INSTALACIONES DE SEGURIDAD. Goats se quedo desconcertado. Pero su asombro fue mayor cuando vio otro cartel que decia: NO TRASPASE DESDE ESTE PUNTO. PRIMERO DISPARAMOS Y LUEGO PREGUNTAMOS. Goats comenzo a ponerse nervioso.
—¿Ha visto eso? —pregunto un poco inquieto.
—¿Esos carteles? Son para los turistas —respondio el Agente Parra con indiferencia.
—¿Este sitio es seguro?
El Guardia civil le miro con cara de "Chico, estas en Sevilla, tú donde te crees que estas, en el Bronx", y luego lo tranquilozo.
—Con nosotros no tiene nada que temer.
Robert Goats había pensado que esos carteles eran advertencias serias, casi como entrar en un vestuario de mujeres. Era la finca de los Olivares, una basta y extensa zona, situada casi en medio de ninguna parte, dedicada a la crizanza del cerdo y a la produccion de jamones de alta calidad. Sin embargo, aquellos carteles del lugar parecían extrañamente cargado de malos presagios.
Ahora el coche de la Guardia Civil entro en una curva, al final de la cual se tropezaron con un check point. Una Garita con dos Vigilantes de Seguridad mostachudos, con escopetas de corredera del 12 haciendo guardia. Habia una barrera, y una serie de carteles bastante intimidatorios: PELIGRO DE MUERTE, VALLA CON ALTO VOLTAJE, NO SE PERMITEN PERIODISTAS NI CAMARAS DE FOTOS, AL ENTRAR QUITESE LOS ZAPATOS, DEJE SUS LLAVES EN LA CAJA, ZONA DE DESCONTAMINACION PORCINA, DE NIVEL 5. El Coche de la guardia civil se detuvo en el check point, saludo a los vigilantes y anuncio su visita.
—Agente Morcillo, Agente Parra, y acompañante —dijo en tono monotono y despenado.
Uno de los Vigilantes de seguridad miro por la ventanilla a los guardia civiles, que le sonrieron, y luego miro de mala hostia al acompañante. Hubo un cruce de miradas entre Goats y el Vigilante, como si se estubieran enfrentando dos perros de pelea. Luego se retiro, tomo el telefono y hablo con alguien al otro lado durante unos minutos. Goats estaba asombrado.
—¿Puedo hacerle una pregunta Agente Parra? —dijo Goats.
—Pregunte lo que quiera, el capitan nos dijo que tiene usted carta blanca.
—¿Aqui que fabrican jamones, o misiles?
Los dos Guardia Civiles soltaron una carcajada tremenda, que molesto a los Vigilantes de seguridad, que no vieron con buenos ojos las risas de los dos agentes. Creyeron que se estaban mofando de ellos. Uno de los Vigilantes de seguridad salio y les dijo que podian entrar. Su compañero levanto la barrera. Los dos guardia civiles saludaron a los vigilantes y entraron con el coche por una larga carretera asfaltada. Pronto vieron mas señales de advertencia, de velocidad, de estacionamiento, de seguir la linea roja, azul, o amarilla, el guardia civil tomó una carretera desolada y fue a dar a un enorme parquing que había más allá.
El coche de la guardia civil paso por debajo de un enorme arco en el que habia la bandera de España y una leyenda escrita: "Nuestro jamon es el limite" Goats se quedo pasmado al ver que era un enorme complejo rodeado de doble valla con alambres de espinos, con camaras de video vigilancia, guardias de seguridad armados y conduciendo perros, habian unas torretas de vigilancia con focos, y la impresion que daba el lugar era el de una prision o un cuartel militar.
Goats tuvo la sensacion que en vez de etrar en una fabrica de jamones, estaba entrando en el campamento de los Boinas Verdes. La seguridad era extrema, tan extrema que no pudo contenerse y preguntar a los guardia civiles por esas medidas.
—Cómo es que hay tanta vigilancia aqui?
—¿No lo sabe?
El Guardia Civil miro a su compañero sonriendo y dando a entender que Goats no se enteraba de nada.
—¿Que es lo que deberia de saber? —pregunto Goats extrañado.
—Es por asunto de seguridad nacional —respondio tan tranquilo Morcillo.
—¿Los jamones Españoles son seguridad nacional?
Goats no salia de su asombro.
—No deberiamos de hablar de esto —dijo Parra—, pero es un asunto de Terrorismo.
Goats estaba todavia mas desconcertado, no entendia nada.
—¿Y que tiene que ver el Terrorismo con el jamon pata negra?
—Es por los talibanes —dijo Morcillo sin darle importancia.
—No entiendo que tienen que ver los talibanes con el jamon.
—Es muy facil, los talibanes odian el jamon Serrano; no pueden ni olerlo, para ellos es un material muy ofensivo y peligroso. Y como usted comprendera aqui se fabrican jamones en serie.
A Goats no le parecio oportuno preguntar nada mas. En el parking habia bastante movimiento de personal, todos con monos blancos, o batas blancas, tambien transito de vehiculos de carga y descarga; portando palets de material hacia camiones estacionados en espera de cargar. El coche de la guardia civil aparco en una zona destinada al personal de oficinas. Cuando se bajaron del coche, Goats pudo ver la enorme explanada del parquing, y doce enormes naves, con calles asfaltadas, y fuera de todas las instalaciones solo habia bastas zona aridas. El contraste era cuando menos impactante; dentro habia de todo, fuera no habia nada.
Un individio que estaba con un grupo no muy lejos de donde los dos Agentes de la guardia civil y Goats habian estacionado, se acerco hasta ellos. Llevaba casco blanco, gafas oscuras, bata blanca; debajo de la cual lleva un traje, y en una mano portaba un Walkie-talkie. Cuando Goats lo vio mas de cerca se llevo un interesante sorpresa: era chino.
El misterioso pesronaje se presento a si mismo ante los dos agente y Goats como Jaime chang, Jefe de Seguridad.
—¿Ustedes vienen por lo del crimen, verdad?
—Así es respondio Morcillo.
chang levantó un walkie-talkie y señalo en direcciona a las naves habló en un español con acento andaluz bastante soportable, aunque hablaba a una velocidad endiablada, y no sabias si te estaba dando una bronca.
—Sus compañero estan en la nave 12, al final de esta calle, a mano derecha.
—Gracias —dijo el Agente Parra.
—Se reunirán con el El equipo en la entrada principal de la nave 12.
Chang hablo por el Walky, y al parecer dio instruciones a alguien para que avisara de su presencia en el recinto. Los dos Agentes y Goats comenzaron a caminar por la calle. La nave parecia estar cerca, pero en realidad estaba a un kilometro y medio. Cuando llevaban medico kilometro recorrido, Goats esta sofocado y sudoroso y tuvo la ocurrencia de preguntar a Morcillo.
—¿Por qué no hemos ido con el coche hasta la nave?
El Agente Morcillo se detuvo un momento, miro a Goats, y luego le respondio.
—¿Pretende que la guardia civil ignoró las señales que prohibíen el tráfico rodado por esta zona? ¿No ha visto los carteles de aviso en la entrada principal? Nosotros respetamos las normas.
—¡Esto es el colmo! —protexto Goats— Primero me meten en el Land rover sin aire acondicionado (asadero de pollos) desde mi hotel de Sevilla hasta San Lucar la Mayor; luego ma traen aqui y me hacen caminar un kilometro y medio bajo este torrido sol de junio. Ustedes se  han propuesto acabar conmigo y...
En ese momento Chang aparecio sonriente conduciendo un cochecito de Golf de seis plazas con un toldito muy bonito y se detuvo junto a ellos.
—¿Por qué no han tomado el vehiculo para ir hasta la nave 12?
Goats se giro hacia morcillo poniendo la misma cara que si se le hubiera caido un plato de espaguettis al suelo. El Agente Parra hizo un gesto con la mano, como dando a entender, que se dejaran de bobadas y subieran al cochecito. Los tres se perdieron por la larga avenida en direccion a la nave 12.

lunes, 25 de junio de 2012

El Codigo Jamonesky 4

2


A 2 horas 31 minutos de allí, es decir a 216,4 kilómetros por la A-92, El Tocinero se bajo de un taxi y cruzó el portico del lujoso cortijo, conocido como la finca de las urdes,  situada en algun lugar a las afueras de Malaga. El navajazo que levaba en la barrija, atado bajo la faja se le hundía en la carne, pero por dentro ardia de deseo de agarrar una buena bota de vino malaguello y regar su seca garganta, mientras pensaba en el trabajo que estaba haciendo al servicio de quien le pagaba.
«El dinero es lo mejor de mi trabajo.»
Al entrar en el hermoso patio del cortijo, una pared blanca llena de macetos con geranios, le hizo sentirse de nuevo como en casa. El fresco de los patios andaluces son inigualables. Entro dentro de la casa y escrutó el vestíbulo en busca del alguien, pero alli no habia nadie. De fondo sonoba una musica de Juanito Valderama, cuyo tema era muy conocido: "Soy Minero". Siguio mirando pero no encontro a nadie, asi que se acerco hasta donde estaba la radio con la musica, y la apago. Luego se sento en un comodo butacon de orejas y marco un numero en su movil.
—¿Sí? —respondió la voz de un hombre.
—¿John Mallory?
—Cómo esta nuestro asunto —dijo en tono seco su interlocutor.
—Los cuatro fabricantes de jamones han sido eliminados. Un trabajo rapido, limpio, sin ruido; profesional, bien hecho.
Mallory guardo un breve silencio como si comiera una ambuerguesa.
—Excelente, ¿Tienes la informacion que te encargue?
—La tengo.
—¿Que te dijeron antes de morir esos cuatro desgraciados?
—Los cuatro me cantaron la misma cancion.
—¿Y es fiable esa cancion?
—No creo que existan dudas.
Mallory, tomo un trago de gaseosa, y luego solto un suspiro de alivio.
—Bendito sea Dios. Por fin podremos poner en marcha nuestro plan.
—Cuando alguien esta a punto de morir, siempre te dice toda la verdad.
—Bien, magnifico, dime cual es el secreto.
El Tocinero sabia que la informacion que habia obtenido era muy valiosa.
—¿Que hay de mi dinero?
—Tenemos un acuerdo. Se te adelantaron medio millon de euros antes del trabajo, los restantes quinientos mil, te seran ingresados en una cuenta Offshore numerada en Givaltar, tal como se hablo.
—Creo que mi trabajo vale mas...
—¿Cuanto más?
—Otro millon de euros mas.
Se produjo un silencio que duro unos instantes, tal vez Mallory estaria tomandose una generosa cucharada de helado de postre, quiza uno de turron con pasas.
—De acuerdo... otro millon mas —dijo con la boca algo llena—, pero ni uno mas. Y ahora dime lo que quiero saber.
—Bien, los cuatro fabricantes de jamones coincidieron en hablar de la "Sal de la vida, o la sal Bendita que importaban del mar muerto".
El Tocinero oyó como Mallory atragantaba al otro lado de la línea.
—La clave, tal como sospechábamos, esta en crianza del cerdo, en concreto en lo amargo de la bellota extremeña, luego en el corte de la pierna, y seguidamente en la Sal, que junto con el aceite puro de oliva y el aire seco de la sierra hacen todo el trabajo. Pero falta el ultimo ingrediente. La clave que lo hace funcionar todo. Siete paginas de un libro.
Según la tradición, la hermandad del cortijo había ideado un metodo unico de fabricar jamones —un Grimorio del jamon o clave jamonera—, un manual en el que estaba escrito el mayor secreto del jamon... una información tan trascendental que, solo ellos eran capaces de producir un pata negra autentico. Era el equivalente a la receta de los violines stradivarius, habian muchos jamones, pero como los de la hermandad del cortijo del jamon, pocos o ninguno. Por tanto la custodia del secreto de la pata negra justificaba por sí misma la existencia de aquella organización secreta volcada a la cultura del jamon.
—Cuando nos pongamos a fabricar los jamones a saco con esas paginas del libro... —dijo Mallory—, ya sólo estaremos a un paso de ser los dueños del mercado. Ni los chinos no podran detener. Lo malo es que no sabemos donde estan esas malditas paginas...
—Estamos de suerte. Yo se el lugar donde han sido guardadas. Estan más cerca de lo que pensabamos. Estan ocultas en detras de alguna piedra de la torre, escrito en clave, está aquí, en la Giralda de Sevilla.
—¿En Sevilla? ¡No puede Ser!. Parece casi un trampa.
Entonces el Tocinero le conto a Mallory todo lo que le habian confesado sus cuatro víctimas mientras intentaban salvar sus vidas. Los cuatro le habían contado que habian conseguido la receta de un libro que estaba en la Biblioteca de Salamanca, al que le habian arrancado siete paginas con la formula. Luego, la hermandad del jamon, oculto las siete paginas detras de una piedra que estaba ingeniosamente oculta en un lugar concreto de la torre de la giralda de sevilla.
—¡El secreto del jamon, en la Giralda de sevilla! —exclamó Mallory—. ¡Dios mio. Que manera mas ingeniosa de ocultar algo a la vista de todos!
—No es la primera vez que lo hacen, recuerde que los de la hermandad, son de Triana —replico el Tocinero.
Mallory guardo silencio, intentando asimilar la importancia de aquel avance.
—Has hecho un buen trabajo Tocinero, se te pagara bien. Pero ahora necesito que me traigas las siete paginas de ese libro. Es preciso que lo consigas. Estoy seguro de que entiendes lo valioso que es eso para mi.
El Tocinero sabia que eso podia suponer mas dinero, y lo que le pedía Mallory era casi imposible, pero el dinero lo justifica todo.
—La giralda de Sevilla esta muy bien vigilada de noche. Con muchas medidas de seguridad, entre ellas camaras de video, alarmas, guardia jurados armados con porras, es como una pequeña fortaleza ya que es uno de  los grandes tesoros de los Sevillanos, alli no puede entrar nadie y hacer algo sospechoso, ni tirar fotos, ni correr, ni tocar nada. Y más de dia, con tanto turista y tanta gente. ¿Cómo voy a entrar en ese sitio si esta todo tan vigilado?
Mallory era un magnate multimillonario americano con mucho dinero y recursos ilimitados. Tenia influencias en todas partes del mundo, incluso en un rincon del mundo tan precioso como Sevilla, asi que le explicó su plan para hacerlo.
Despues de que Mallory le informara de los detalles del plan, el Tocinero colgó el telefono, y salio a toda prisa del cortijo, tomo un viejo  mercedes que estaba aparcado en la entrada de la casa, y se dirigio directamente para Sevilla. En su cabeza solo habia una cosa, otro millon de euros por hacer ese trabajo. Así que estaba impaciente por terminar.
«Dos horas de viaje hasta Malaga», se dijo a sí mismo. Tendre que pisarle a este trasto a fondo si quiero llegar antes de que oscurezca. «Debo pisarle a fondo y llegar alli cagando leches.» Los trabajos como este hay que hacerlos rapido y cobrarlos rapido, sino las cosas se enfrian y luego hay problema para cerrar la operacion.
Pero el Tocinero sabía que la cosa no seria facil, exigía hacer un considerable sacrificio, nada menos que en la catedral de sevilla.
Miro el cuenta kilometros del mercedes, y solo iba a ochenta kilometros, asi que empezo a pisar el acelerador. «El dinero es lo unico que me importa», penso el Tocinero, calculando que con este trabajo llegaria a los tres millones o quiza mas.
Ahora el Tocinero centró su atención en la carretera, y en llegar cuanto antes a sevilla. «La carretera es larga, pero el dinero vale la pena.» Los paisajes se ivan alternando mientras el encendio la radio y escuchaba rumba y musica de diversas emisoras.

domingo, 24 de junio de 2012

El Codigo Jamonesky 3

1


Los ronquidos de Robert Goats eran tan fuertes que los demas huespedes habian llamado a la recepcion del hotel, quejandose de que por la noche, alguien se habia dejado algun motor en marcha. 
Robert Goats estaba dormido en la oscuridad de su habitacion como un ceporro. Sin embargo, una insistenta llamada a la puerta de su habitacion termino por despertarle. Con varios torpes intentos, logro dar al interruptor de la lámpara de la mesilla de noche y la encendió. Con los ojos aun algo pegados, miró el reloj de la mesilla. Eran las 09:00, llevaba en la cama desde la una de la madrugada, y había dormido profundamente mas de ocho horas, lo cual no estaba mal. Pero eso no impido maldecir que le despertaran.
«Pero ¿quíen coño me estara tocando los huevos ahora?», se dijo a si mismo.
Lentamente, empezó a despejarse un poco, y Goats respondio.
—¿Quien és?
—¿El Señor Goats, Robert Goats? —dijo la voz de un hombre—. Espero no haberle despertado.
—Espero qué sea algo muy importante; porque lo has hecho —respondio indignado.
—Soy el recepcionista. Lamento molestarle, pero la policia esta abajo esperandole y han preguntado por usted, desean verle. Insisten en que es algo urgente.
Goats que aun estaba algo adormilado, se despejo de golpe. «¿La Policia? ¿Qué coño querra de mi la Policia? se pregunto otra vez» Lo unico que se me ocurre pensar es que haya surgido algun problema relacionado con mis dos ultimas conferencias en la Universidad de Sevilla por las noches.
Goats se sintio molesto. Habia viajado desde California, estados Unidos, hasta Sevilla para dar unas conferencias por las noches en la Universidad en un perfecto Español —una charla con presentación de diapositivas sobre la cocina con fiambres— seguramente, algun energumeno, habria robado material de cocina, o quiza material informatico, o pensando un poco mas; algun cocinero rabioso entre el público más conservador, que seguramente le habria amenazado con colocarle una bomba. Y era muy probable que algún asistente a la confereencia lo hiciera, porque Robert Goats estaba considerado como el cocinero del infierno, un toca cojones de la estetica culinaria, un tio irritante y rebuscado con la disciplina, y ademas; con muy mala leche. Pero encima, por si fuera poco, tenia la boca muy grande, y solia decir lo que pensaba de otros sin pensar en las consecuencias.
Esto le habia hecho ganarase muchas criticas. Habia recibido multiples anonimos y amenzas, una vez en malasia, otra en Japon, y antes de venir a España, en Francia.
—Espere —dijo Goats—, tengo que vestirme.
—Dese prisa Señor Goats —insistió el recepcionista en tono  increpante—. La Policia le esta esperando y estan muy nerviosos, es muy importante que baje deprisa.
—¡Digales que esperen, que bajo en unos minutos joder!
Pero el recepcionista seguia acosandolo. A Goats le tocaba los cojones que le despertaran, y no le cabía la menor duda, que el asunto debia ser grave, aun cuando todavia no supiera de que se trataba. Penso que quiza alguno de sus seguidores se suicido con uno de sus libros sobre cocina con fiambres. Los libros sobre cocina lo habían convertido, a su pesar, en un personaje famoso en el mundo de la gastronomia de los embutidos, y durante el año anterior, habia dado una conferencia donde ocurrio un incidente muy divulgado en la prensa cuando un seguidor intento quitarle el gorro de cocina y acabo rompiendole la nariz de una hostia. Desde entonces, las noticias en los periodicos se habian multiplicado, y tambien sus seguidores mas apasionados del arte de la cocina con embutidos, que llamaban a su puerta y aquello no parecía tener fin.
—¡Digales que se esperen, joder! —dijo Goats, haciendo todo lo posible por no perder los estribos.
Sentado en la cama, mientras se colocaba los pantalones y una camisa, Goats miró el ultimo libro que habia publicado, que estaba en la mesilla, junto a una tarjeta para colocarla en el pomo de la puerta que decia: NO MOLESTEN, O TE PARTO LA CARA. Se miró en el espejo que tenía delante. Goats estaba, soñoliento, despeinado, y agotado, parecia un borracho recien salido de una visita de las Bodegas de Osborne.
«Necesito descansar de todos estos pesados, solo saben tocarme los huevos.»
Lo cierto es que Goats era un cocinero con muy mala leche y ademas muy odiado, pero no en España, donde era muy valorado ya que habia escrito varios articulos sobre el Jamon Serrano Español, elogiando el pata negra y sus propiedades para la salud junto con la dieta Mediterranea. Pero sin duda eso habia desatado fuertes controversias con otros fabricantes de embutidos, especialmente de los americanos, que pretendian que Goats hablara bien de ellos para incrementar sus ventas. La cuestion era que el se habia negado ha acceder a semejante pretension y desde ciertos sectores de la prensa Estado Unidense eso le estaba pasando factura; no le gustaba leer lo que se decia de él En el New York Times de manera tan obvia reflejado en las criticas. Goats era un tipo normal, con ojos marrones, de mirada adorminala a lo Rambo, normalmente no sonreia, le parecía una tonteria,  y ademas tenia mucha mala leche.
En cuanto a su aspecto, llevaba bigote y perilla incipiente que le daba el aspecto de un medico mas que de un cocinero. En su rostro de recia mandíbula y barbilla, se podia ver una cicatriz de una antigua trifulca de cocina que le costo doce puntos. Ademas, era calvo, y decia que odiaba peinarse. Aunque sus colegas cocineros insistían en que él era un maestro del arte culinario del embutido, él no estaba de acuerdo.
«Si supieran que mis pajaritos de chorizo, y aceituna con Bacon, son una idea que le copie a un camarero de Huelva, los del National Gastronomic Magazine me darian una patada en el culo.»
El mes anterior, para su bochorno, la revista lo había incluido en la lista de los diez cocineros con más mal caracter del mundo, cosa que todavia le hizo ganarse aun mas el dudoso honor que le había convertido en el blanco de infinidad de burlas de sus otros colegas cocineros. Le hacian chistes, se cachondeaban de él, de sus manias, de sus rabietas, y de todas sus excentricidades. Recientemente eso pudo comprobarlo cuando asistio a la conferencia que había pronunciado por la noche en la Universidad de Sevilla.
El acto comenzo como de costumbre.
—Señoras y señores —dijo un presentador gay y amanerado, con voz aflautada,  ante un público que abarrotaba la sala de conferencias de la Universidad de sevilla—, nuestro invitado de hoy, es alguien que te puede quitar el hambre.  No necesita presentación. Es autor de numerosos libros de cocina: La cocina con salami, los canapes de jamon pata Negra, la deliciosa espuma con sobrasada de Mallorca, el irresistible chorizo de cantimpalo, el Espetec de Casa Tarradellas, y si les digo que es un hombre que puede quitarte el hambre, no lo digo porque sí. Muchos de ustedes conocen sus recetas, leen sus libros sobre la cocina con los embutidos y utilizan sus obras como manuales para componer recetas en sus restaurantes. ¡¡¡Demos un caluroso aplauso a... Robert Goats!!!
Todos se pusieron en pie, una ovacion y oleadas de silvidos no dejaban oir nada cuando entro Robert Goats, levantando un brazo y saludando al publico, con su chaquetin y su gorro de cocinero, evocando un poco la imagen de Carlos Arguiñano.
El presentador tuvo que aguantar unos minutos de jaleo por parte del publico, hasta que finalmente, todos se calmaron.
—Gracias, gracias a todos. Le quereis... lo se. Es un tipo genial. Había pensado en comenzar por explicar un poco quien es nuestro invitado, pero sin duda —añadió dirigiendo un lascivo y vicioso guiño a Goats, que estaba de pie a solo un metro de él—, nuestro invitado me ha regalado su ultimo libro, digamos, su Bestseller más «fascinante», sobre como se puede hacer un delicioso menu, con el Jamon serrano Español.
En ese momento el presentador Gay, levantó un ejemplar del libro "Los secretos del jamon Pata Negra" y lo mostro a todo el mundo.


Otra nueva oleada de chiflidos, gritos, y jaleo se desato en la sala de conferencias. Goats se quedo pasmado. No se esperaba tanto follon y que el presentador Gay le guiñara el ojo, y miro en todas direcciones, tratando de encontrar algun agujero donde se lo tragara la tierra. «¿De dónde habran sacado a este pedazo de  maricon, que perdia mas aceite que un camion Barreiros del 1962?»
El presentador Gay empezó a leer algunos párrafos de aquel manual, y el publico empezo a soltar tonterias desde todos los rincones; "Que nos haga unos bocadillos de jamon" "Queremos que nos haga su receta de salami con alcaparras" y asi todo el rato. Goats sintió que se encogía más y más el estomago, un ronroneo en su estomago, que parecia que se habia merendado un gato. Segundos despues, cuando otra vez el publico quedo en silencio y algo mas calmado, el presentador continuo.
—Por favor, calma, por favor, el Señor Goats, nos hara algunas de sus recetas pero no ahora. El tiene que explicarnos algunas cosas muy interesantes sobre su atípico plato de chistorra de Navarra, guarnicionado  «con pimientos del piquillo» que lo hace tan particuliar. —El presentador Gay ya tenía a todos los asistentes relamiendose—. ¿Les gustaría saber más cosas sobre esta receta?
Esta vez el público se levanto y empezó a aplaudir.
«Sera posible. No me he traido nada preparado», penso Goats al ver como el presentador Gay lo ponia en un aprieto.
—Aunque tal vez, el Señor Goats —continuó el presentador— prefiera hablar de lo que mas sabe, que es la razon por la cual esta hoy aqui. Su elevado conocimiento del embutido Español se combina con su excepcional genialidad para lograr recetas nunca vistas, que podriamos definir, como maestro del Arte del Embutido y la tapa española, y que sus alumnos lo describen muy acertadamente como «El Dali del Jamon».
Toda la sala estalló en una tremenda carcajada.
Goats miro al presentador Gay de muy mala leche, pero intento esbozar una forzada sonrisa de compromiso. Sabía que no podria escapar de la trampa del presentador, asi que, decidió anticiparse a los hechos.
—Gracias, Ramon —dijo Goats, quitandole el microfono antes de tiempo y apartándolo del atril de un suave empujon—. No hay duda de que Ramon es el chico mas guapo de la Pension, está muy bien dotado para la literatura del chorizo con berenjenas. —Miró al público por encima de sus gafas Bonardi de leer de forma desvergonzada—. Si descubro quién ha sido el que le ha regalado el libro a este presentador en mi nombre, le parto cara a hostias.
El público comenzo a reírse.
—Lo digo en serio. No se quien ha sido. En fin, no se por qué se lo toman a broma. Como bien saben, estoy esta noche aquí para hablarles del poder alimenticio del jamon pata negra.


El sonido de los porrazos en la puerta no paraban de ponerlo de mala leche. Aguantandose de abrir la puerta de golpe, y agarrar por el pezcuezo al recepcionista, Goats, gritó.
—¡Quiere hacer el favor de no meterme mas prisa!
Como suponía, era el pesado del recepcionista.
—Señor Goats, discúlpeme, pero la policia esta aqui conmigo. Dicen que si no habre la puerta, la echaran abajo. Me parece que debería hacerles caso; son dos fornidos guardia civiles. He de advertírselo.
Ahora Goats sí que estaba totalmente de mala leche.
—¿Ha dejado subir a dos guardia civiles para que me increpen en mi propia habitación y sin mi permiso?
—Lo siento, señor Goats, pero es que sino no lo hago, entonces me parten la cara mi... no me he visto con huevos de impedírselo.
—¿Quiénes son este par exactamente? —preguntó.
Pero solo el silencio fue la respuesta. El recepcionista ya había largado a toda leche hacia la recepcion del hotel.
Casi al momento, derribaron con fuerza a la puerta, y dejaron asombrado a Goats.
—¿Quiénes son ustedes? —pregunto desconcertado.
—¿Es usted el Señor Goats?
—Eso depende de quien lo pregunte —dijo Goats con frialdad.
—Nosotros somos los que hacemos las preguntas y no usted. —El Guardia Civil se expresaba con acento de Albacete y empleaba un tono seco, autoritario—. Soy el teniente galindo, de la Dirección General de la Guardia Civil.
Goats se los quedó mirando por un instante en silencio. «¿La Guardia Civil?» La Guardia Civil era, más o menos, el equivalente a los agentes del FBI estadounidense, solo que con mucha mas eficacia y mala leche.
Sin retirar la vista de su botella de Jack Daniels, traida de los estados unidos, Goats les invito a pasar. Le llamo la atencion que los dos Guardia Civiles fueran corpulentos, y uno de ellos tuviera el rostro alargado y ojeroso. Supuso que era porque hacia horas extra.
—¿Podemos hacerle unas preguntas? —le preguntó el Guardia Civil.
Goats dudó un momento, mientras los ojos cansados de aquel Guardia Civil no dejaban de mirar para la botella de Whisky.
—¿Qué quieren?
—Tiene que acompañarnos al cuartel de la Guardia Civil de Sevilla, hay un caso urgente que precisa de sus conocimientos para un asunto altamente confidencial.
—¿Ahora mismo? pero sin son las nueve de la mañana y yo me iba para desayunar.
—¿Es cierto que usted tenía que reunirse con un catador de jamones a media noche en el Cementerio de San Fernando de Sevilla?
A Goats le entraron las cagarrinas. Muy pronto una sensación de malestar empezo a molestarle en el intestino. El prestigioso catador de jamones, Javier Zurrado y él habían quedado en reunirse para tomar unas copas de Jerez en una conocida taberna sevillana después de la conferencia, pero por alguna extraña razon, Zurrado no se había presentado ni le llamo a su movil.
—Pues sí. ¿Qué hay de malo en ello?
—Nada, solo que hemos encontrado su nombre en una tarjeta dentro de la cartera de Zurrado.
—¿Es que ha perdido la cartera? —pregunto Goats desconcertado.
—¿Usted no sabe nada del asunto, verdad?
—¿De que asunto me habla?
—No se haga el tonto con nosotros. Somos de la Guardia Civil, ¿Comprende?
—Perdonen pero no me entero de nada.
El Guardia Civil se acerco hasta la mesita de noche y tomo la botella de Jack Daniels. La destapo. La olisqueo. Y se quedo mirando a Goats.
—¿Le importa si me doy un lingotazo?
Goats le hizo un jesto de aprovacion con la mano. El guardia civil se casco casi la mitad de la botella, mientras su compañero, tomaba el relevo en el interrogatorio.
—¿Donde estuvo usted ayer, entre la una y las dos de la madrugada?
—Pues... aquí, durmiendo.
—¿Esta seguro?
—Hombre, si quiere se lo puedo preguntar a morfeo por telefono si le parece ¡Pues claro que si, joder!
—¿Quien es Morfeo? ¿Tal vez su complice?
Goats se quedo pasmado, no daba credito. Parecia que le estaban intentando incriminar en algo pero no sabia en qué.
—¿Puedo saber qué pasa, por qué  me preguntan por Zurrado?
El Guardia Civil muy serio, saco en silencio de su carpeta una Tablet con Windows8, y le mostro una serie de fotos bastante feas.
Cuando Goats las miró, se quedó de acojonado.
—¡Dios santo! No es posible...
—Si lo és. Esta foto la hemos tomado hace escasamente una hora, en el interior de la Jamoneria de Macario.
Goat se fijó en aquella extraña imagen, y su sorpresa dejo paso a la repulsión terminando con una profunda indignación. El Jamon que estaba junto a Zurrado habia sido cortado a navajazos.



El Guardia Civil que se habia tomado la media botella de Jack Danniels, ahora mas relajado, le pregunto en tono muy tranquilo, mientras le miraba fijamente a los ojos como si pretendiese hipnotizarlo.
—¿Quién cree usted, que puede haber hecho algo así?
—No lo se. Pero hay algo extraño en esta foto.
—¿Si? ¿Cómo qué, por ejemplo? —dijo con ironia el Guardia Civil.
—Este jamon ha sido cortado a navajazos —afirmo con contundencia Goats.
—El Guardia Civil, miro con atencion la foto, luego se la enseño a su compañero, y finalmente le hizo una pregunta con trampa a Goats.
—¿Y que me dice usted del cadaver?
—No mucho, salta a la vista; navajazo albaceteño de siete o mas muellles en la barriga. Un trabajo rapido, limpio, sin ruido, seguramente un profesional.
Nuevamente los dos guardia civiles se volvieron a mirar la foto y corraboraron la tesis de Goats, lo cual les hizo sospechar aun más.
—Para ser cocinero, parece que entiende usted bastante de crimenes, ¿eh?.
—Si se refiere a si se desguesar jamones, y eso puede ser considerado policialmente un crimen, podria decirse que si.
—¿Mata usted muchos jamones? —le pregunto suspicazmente uno de loos Guardia Civiles.
—Es mi oficio, ademas, lo aprendi aqui, en su tierra; en Sevilla, con el mejor de los mejores.
—¿Se refiere a Zurrado, verdad?
—Así es.
—¿Eran muy amigos?
—Lo suficiente para comer jamon juntos.
—Entiendo.
—¿Sabe quien ha podido matarle?
—Lo ignoro, pero me gustaria saberlo.
—Quiero que nos acompañe, y nos ayude a responder a esa pregunta, teniendo en cuenta que usted era uno de sus buenos amigos, tiene ademas altos conocimientos sobre los jamones pata negra, y debia encontrarse con él en un lugar muy tranquilo como es el cementerio.
Goats tomo un momento la Tablet con Windows8 que sostenia el Guardia Civil en la mano, y en esta ocasión, le dio un vistazo mas detenidamente. Luego recordo que haría poco menos de un año, que había visto un jamon asi de mal cortado; a mala leche, sin  ningun miramiento, y un cocinero amigo suyo le habia enviado a traves del Fasebook una espantosa fotografía de otro jamon, junto al cadáver de un cobrador de Morosos. La horrenda fotografia del jamon tan mal cortado, le produjo tal shok, que por poco se da una hostia con moto cuando regresaba a su casa de Hill Valley en California.


Pero habia algo sospechoso en aquella imagen, sin duda era muy distinta del crimen de Zurrado, había algo en el corte del jamon que le resultaba inquietantemente familiar. Durante un cuarto de hora, Goats estuvo mirando la foto.
Entonces uno de los Guardia Civiles miro el reloj y comenzo a impacientarse.
—Se nos hace tarde, ¿Quiere acabar de una vez?.
Pero Goats seguia analizando la foto y desoyo las advertencias del Guardia Civil. Su vista estaba clavada en los cortes del jamon de la fotografía.
—Este tipo de corte, y el modo en como esta cortado este jamon es muy extraño...
—¿Corte extraño dice? —apuntó uno de los Guardia Civiles.
Goats movio la cabeza afirmativamente, y luego levanto la vista de la foto.
—No me cabe duda, de que quien corto este jamon, nos ha dejado un mensaje oculto o algo así.
Las caras de los guardia civiles se quedaron congeladas.
—¿Como lo sabe?
—Salta a la vista.
—Creo que usted no se entera de nada. Los cortes del jamon que ve usted en esta foto... —El guardia civil detuvo un instante para darle otro trago a la botella—. Los hizo javier Zurrado antes de morir.
Goats se quedo pretificado, y no supo que decir.